Adentrarse en esta curiosa localidad significa descubrir un espíritu inquieto que ha perdurado con el paso de los siglos. Según la leyenda, su historia comenzó hace miles de años cuando los griegos curetes la fundaron con el nombre de Ilarcuris. Aunque este origen mítico no puede comprobarse, sí lo están los restos arqueológicos del yacimiento de El Cerrón, que confirman su existencia desde el siglo V a.C., con presencia celtibérica, romana y visigoda.