A las seis de la mañana, hora peninsular, debería haber entrado en vigor el alto el fuego anunciado por Donald Trump, aunque durante la noche han continuado los ataques entre ambos países y la respuesta de ambos gobiernos es lo suficientemente ambigua para que continúe la tensión en la zona y con la vista puesta en la Haya, donde comienza hoy una cumbre de la OTAN marcada por las presiones de Trump para aumentar el gasto en defensa y por el cuestionamiento que hizo ayer su secretario general, Mark Rutte, de las cuentas con las que España pretende cumplir con sus compromisos militares.