La administración de Andrés Manuel López Obrador no confía en nadie, mas que en los suyos. Lo que dejan ver los proyectos de la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto de Santa Lucía y el desmantelamiento de programas sociales es un gobierno centralizado que utiliza cuestionables mecanismos de asignación directa para poner en sus manos toda la operación del sector público