Si hay un artista en el mundo capaz de calentar las notas musicales, con permiso de Ricky Martin, ese es Chayanne, una de esas voces y cuerpos privilegiados, nacidos para actuar en directo, por mucho que venda millones de discos en todo el orbe.
Era, y no por casualidad, una de las estrellas del cartel de este año del Icónica Santalucía Sevilla Fest. Hace cinco años a alguien se le ocurrió que Sevilla podía tener un festival de música en vivo que compitiese con cualquiera del mundo. Cinco años después, Chayanne ha hecho de este festival su santo y seña en su agenda de regreso a España. El mundo es de los visionarios, al fin y al cabo.