La victoria de Donald Trump sobre su contrincante política Kamala Harris, marcó el inicio de una nueva etapa en el panorama político, económico y social de Estados Unidos de América. Con poco más de cien días en el poder, las decisiones del presidente republicano han generado intensos debates, especialmente en torno a sus políticas migratorias y a lo que diversos medios internacionales han calificado como flagrantes violaciones a los derechos humanos. Las deportaciones masivas han incluido tanto a personas en situación migratoria regular como irregular, muchas de ellas catalogadas por Washington como amenazas o incluso terroristas. Entre los afectados se encuentran ciudadanos brasileños, colombianos, guatemaltecos y venezolanos. Especial preocupación ha causado el traslado forzoso de migrantes venezolanos al centro de confinamiento del terrorismo, CECOT, en El Salvador, y a la base militar de Guantánamo, en Cuba. Uno de los casos más alarmantes es el secuestro de la niña venezolana Maikelys Espinoza por parte del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, acciones que se enmarcan en la promesa de Trump de deportar a 1,5 millones de migrantes antes de finalizar 2025.