Tarde fría la del 9 de noviembre de 2.024. No obstante, a nivel de todo, David Ramírez triunfó. Ante Villarrasa y ante los casis de 400 seguidores que lo arroparon. Puso la mejor entrada que le cabía al festejo, cuajó un soberbio inicio capotero y mostró después en la muleta mucha firmeza y gusto ante otro buen eral de Aristraín. Otra vez ese saber ver las condiciones del oponente y pisar el terreno que poco a poco le fue ganando a base de quedarse quieto y templar con los engaños por ambos pitones. Y aunque lució bien por ambos, fue la diestra la que puso forma y rotundidad a la brillante actuación de Ramírez. A pesar del fallo con la espada, cortó una oreja.