Juguetón, bromista, cercano... Si por algo se recordará al Papa Francisco es por saltarse como ningún otro el protocolo, incluso las medidas de seguridad. Lo hemos visto abrazando a los más pequeños. Interactuando con ellos en plena audiencia, o hasta disculpando su comportamiento. Audiencias generales en las que ha acariciado a un tigre, jugado con perros y hasta bebido mate. Pero lo que más lo caracterizaba era su cercanía con sus fieles, y cómo no, sus bromas. El papa Francisco, sin duda un papa diferente.
Aquí recuperamos algunas de las escenas más anecdóticas que deja su mandato