CUBA, VENEZUELA Y NICARAGUA TIENEN GRUPOS ARMADOS CON UNA MISIÓN Y VISIÓN CLARA, SUPUESTAMENTE CUIDAR LA REVOLUCIÓN. LUISA GONZÁLEZ LANZÓ LA IDEA DE SU PLAN Y LA DENOMINÓ GESTORES DE PAZ Y SE TERMINÓ DESENMASCARANDO.
“Gestores de Paz”, la idea que fue como una bala de fusil que cayó en su propio terreno y terminó en una implosión, arruinando los sueños de todos quienes confiaron y la vieron que podría triunfar; aunque su discurso de doble moral estaba camuflado como un discurso blando y blanco, pero al final su gobierno se iba a convertir en una dictadura. Los militantes del movimiento Revolución Ciudadana lista 5 a lo mejor se sintieron impotentes cuando escucharon a Luisa González lanzar su supuesta idea “Gestores de Paz”; de seguro sintieron que sus sueños de llegar al poder se terminaron sepultando. Pero la idea de González no es propia, viene desde quienes manejan la organización con tendencia de izquierda. Raúl Patiño, en una conversación con Rafael Correa, este le recuerda al expresidente de Ecuador que fueron dos años en que participó en la Revolución de Nicaragua, más conocida como el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). De esa agrupación armada emergió Daniel Ortega Saavedra, el actual “dictador” de la República de Nicaragua, quien ya lleva en el poder más de 18 años y no lo hace solo; lo hace con sus hombres, que son la fuerza de choque, quienes cuidan su supuesta revolución. Este grupo de gente armada que cuida los intereses de la dictadura orteguista, idéntica a lo que sucede en Cuba y Venezuela, se convirtió en un ejemplo para Rafael Correa, cuando armó los Comités de Defensa de la Revolución Ciudadana (CDRC). En los primeros 10 años del gobierno de Correa, al parecer no logró que sus comités funcionaran y que estos cuidaran de su plan de gobierno. Ahora la Revolución Ciudadana lanzó otro nombre pomposo: “Gestores de Paz”, pero en el fondo su misión y visión es contrarrestar a la oposición para luego ser un grupo permanente y causar en todo momento temor y opresión en favor del correísmo. El artículo 98 de la Constitución de la República de Ecuador, que invoca el Derecho a la Resistencia, para Correa era un dolor de cabeza y un fastidio permanente mientras él estaba en el poder. Ahora que está fuera de la órbita, el Derecho a la Resistencia la defiende a capa y espada. La postura de Correa de acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para exigir respeto a sus derechos y la de sus aliados lo han llevado a tener doble cara. Cuando Rafel estaba en el poder, la Comisión era un basurero; ahora es el mejor lugar para presentar sus quejas contra la supuesta persecución cuando se instaura un proceso penal en su contra por los actos de corrupción que se han encontrado durante su administración como jefe de Estado. El no querer que el Derecho a la Resistencia esté presente cuando está en el poder, es llegar a la conclusión de que Rafael Correa no quiere que nadie salga a las calles a protestar contra su gobierno.