En una emotiva e inesperada aparición, el Papa Francisco volvió a asomarse ante los fieles este domingo en la Plaza de San Pedro del Vaticano, durante la Misa del Jubileo de los Enfermos. Aunque no presidió la celebración eucarística, su presencia generó una oleada de entusiasmo entre los presentes.
La Misa fue encabezada por el prefecto del Dicasterio para la Evangelización, monseñor Rino Fisichella. Al finalizar la ceremonia, el Santo Padre se hizo presente en silla de ruedas y asistido por oxígeno, evidenciando una mejoría respecto a su última aparición pública el pasado 23 de marzo, cuando se dirigió brevemente a los fieles desde la ventana del Policlínico Agostino Gemelli, donde estuvo hospitalizado durante más de un mes por una grave infección pulmonar.
Visiblemente emocionado, el Papa saludó a monseñor Fisichella y a los concelebrantes, y se dirigió luego al altar dispuesto frente a la fachada de la Basílica de San Pedro, donde impartió la bendición final de la Misa. Con voz débil pero firme, pronunció unas breves palabras dirigidas a los fieles: “Buen domingo a todos, muchas gracias”.
Posteriormente, se acercó a saludar a algunos de los peregrinos presentes en la plaza, deteniéndose de manera especial junto a un grupo de niños enfermos que participaron de la celebración.
Desde su alta médica el pasado 23 de marzo, el Papa Francisco continúa su recuperación en la residencia de Casa Santa Marta, bajo la supervisión constante de un equipo médico. Si bien ha retomado paulatinamente sus responsabilidades al frente de la Iglesia, su salud sigue siendo monitoreada de cerca, con la prioridad puesta en su completa recuperación.