El Papa Francisco sorprendió al mundo al hacer una aparición pública durante el Domingo de Ramos, marcando el inicio de la Semana Santa, después de haber estado hospitalizado por casi 40 días. Aunque aún se encuentra en estado de convalecencia, su presencia sin cánula de oxígeno fue un signo alentador para los fieles. Sin embargo, surge un debate entre el deseo del Papa de retomar sus actividades y las recomendaciones médicas que sugieren dos meses más de reposo.