En 2015 unos excursionistas observaban a los rebecos en un mirador asturiano cuando encontraron un cadáver. Era un nombre extremadamente delgado con numerosas deformaciones, nacido con parálisis cerebral, ciego, sordo… La autopsia determinó que fue una muerte natural. Todo esto se concluyó en las primeras semanas de investigación, pero faltaba por responder la pregunta clave: ¿Quién era ese hombre?
Ahora el caso ha dado un giro y se ha descubierto lo qué sucedió: sus hermanos se deshicieron del cuerpo de ‘Luisín’ y cobraron su pensión durante una década