Pablo todavía se emociona al recordar el momento en que conoció a Zoe, un bebé camerunés nacido con prematuridad extrema. Había viajado hasta el país africano para trasladar al Hospital de Ebomé un lote de incubadoras de bajo coste, como la que permitió al pequeño agarrarse a la vida pese a haber nacido con solo 500 gramos de peso.
Desde entonces Pablo es el ingeniero que está detrás de este proyecto a través de su ONG 'Medicina abierta al mundo' y ya ha entregado más de 200 incubadoras en más de 30 países para salvar miles de vidas