Bronca brutal en la sesión de control al Gobierno Sánchez.
Ester Muñoz, diputada del Grupo Parlamentario Popular, llevaba este 12 de marzo de 2025 al hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo una pregunta a la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sobre las sanciones a las que las empresas podrían enfrentarse de no cumplir con sus protocolos contra las agresiones sexuales.
La parlamentaria del PP expuso así la cuestión:
Señora vicepresidenta, hace más de un año y medio a usted la informaron sobre presuntos casos de acoso sexual por parte del señor Íñigo Errejón. Y usted no activó en su partido ningún protocolo contra el acoso sexual. Usted no le preguntó absolutamente nada al señor Íñigo Errejón. Nada. Usted no creyó a su hermana. Porque era más conveniente creer al señor Íñigo Errejón. Por eso usted no solamente le metió en listas, le aforó, sino que además le hizo portavoz de su grupo parlamentario. Usted permitió que el señor Íñigo Errejón se subiera a esa tribuna y en nombre de las mujeres llamara fascistas y machistas a todos los que no éramos de izquierdas. Señora vicepresidenta, mire, usted no activó ningún protocolo en su partido como el que están obligadas a activar las empresas de nuestro país. ¿Podría decirme a qué sanciones se enfrentan las empresas que no activan estos protocolos contra el acoso sexual?
Díaz sustanció así su primera intervención:
Señora Muñoz, son vulneraciones de derechos fundamentales, por tanto las sanciones son muy graves.
La diputada del PP fue a degüello:
Señora vicepresidenta, las sanciones van entre los 30.000 y los 225.000 euros. Mire, se pasa la izquierda toda la vida criminalizando a todos los hombres, a todos, a nuestros hermanos, a nuestros padres, a nuestras parejas, mientras tapan y engañan y mienten sobre los machos que tienen en su partido. La izquierda necesita enemigos, lo decía el otro día el señor Rufián. Y han creado ustedes un campo de batalla y no han tenido ningún problema en usar a las mujeres. Para ello, les llevamos años escuchando criticar a los jueces que tratan mal a las mujeres cuando van a juicios por agresiones sexuales. Y ustedes tenían compañeros que hacían exactamente lo mismo. Ustedes han sido testigos de casos de abusos sexuales, de agresiones, de vejaciones en chats y en grupos que tenían ustedes en su partido. Incluso de casos de pederastia, ¿verdad, señora Díaz? Ustedes tenían compañeros que sabían que las alumnas querían dejar las puertas abiertas porque tenían miedo a estar con ellos. Y ustedes, señora Díaz, no solamente tapaban y ocultaban todas esas actitudes. Es que se los llevaban del brazo a las manifestaciones en favor de la mujer, señora Díaz.