Los casi 47 mil palestinos asesinados, los daños causados a la infraestructura en Gaza, la demolición de 170 mil edificios y el desplazamiento del 95 por ciento de su población -según datos de Naciones Unidas-, es muy posible que estimularan a Trump y sus asesores a pensar que una parte de la tarea ya está hecha. "Nos haremos cargo y seremos responsables de desmantelar todas las peligrosas bombas sin explotar y otras armas que hay en el lugar, nivelar el sitio y deshacernos de los edificios destruidos", prometió el presidente como si hablara en un coloquio sobre bienes raíces.
Que Gaza se transformara en un páramo fue posible porque el gobierno sionista de Netayanhu aplicó sobre el terreno la estrategia de tierra arrasada, tal como la definió el general israelí Gadi Eizenkot. Es el uso "de una fuerza desproporcionada" que no repara en daños civiles y toma su nombre de un barrio de Beirut devastado por la fuerza aérea de Tel Aviv durante el conflicto del Líbano en 2006.