Este viernes, en el Campo de San Francisco de Salamanca, perros de todos los tamaños, tortugas transportadas en cestas decoradas e incluso una gallina bien protegida del frío han participado en la tradicional bendición de San Antón. Esta singular celebración, que cumple ya 45 años, fue instaurada como una manera de revivir en la ciudad este antiguo ritual, aunque ahora se realiza sin incluir animales destinados a la producción.