El acceso a la vivienda se ha convertido en un desafío crítico a nivel mundial. Ciudades antes asequibles se han encarecido hasta rozar niveles insostenibles. Las soluciones propuestas, como construir más casas, topar el alquiler, fomentar la vivienda social o limitar la adquisición de propiedades a extranjeros, no han resuelto esta plaga que se extiende por el mundo.