La policía de Vicente López intenta disuadir a los bañistas que desafían las advertencias y se sumergen en el contaminado Río de la Plata. A pesar de las sirenas y los carteles que prohíben el baño, muchas personas ignoran los riesgos, poniendo en peligro su seguridad. La situación recuerda a un balneario improvisado, pero sin guardavidas y con aguas peligrosas.