El príncipe Félix Yusupov asesina al místico Grigori Rasputín. Casado con una sobrina del zar Nicolás II, Yusupov hizo ir al monje a su palacio, donde le disparó. El cuerpo fue arrojado al río Neva, en San Petersburgo. La influencia de Rasputín sobre la familia real, en concreto sobre la zarina Alejandra, había despertado los resquemores de la aristocracia en los meses previos a la Revolución Rusa.