Una mujer de 71 años que no tiene hijos ni familiares directos se dejó convencer por una prima y una sobrina para heredarles su departamento a cambio de estar acompañada y cuidada por ella hasta el día de su muerte.
Lo cierto es que, una vez firmada la donación, ambas mujeres desaparecieron y no están cumpliendo con su palabra.
Lo más curioso de la historia es que la justicia no le permite dar marcha atrás con su decisión.