La terapia psicodélica ofrece un enfoque prometedor aunque complejo para tratar diversos trastornos mentales. Las investigaciones indican sus beneficios potenciales para aliviar los síntomas de la depresión, la ansiedad, el TEPT, la adicción y los trastornos alimentarios. Los estudios han demostrado una mejora significativa del bienestar de las personas sometidas a terapia psicodélica, en particular con psilocibina y MDMA. Sin embargo, los psicodélicos pueden inducir alteraciones extremas de la conciencia, lo que puede tener efectos secundarios, como la psicosis. Aunque la mayoría de los estudios informan de reacciones negativas mínimas, la imprevisibilidad de las respuestas individuales pone de relieve su carácter experimental. A pesar de su potencial, la terapia psicodélica sigue siendo un tema de investigación en curso, con muchos aspectos aún por comprender plenamente. Quienes se planteen la terapia psicodélica deben proceder con cautela y consultar a profesionales sanitarios para determinar los riesgos personales.