Vicente Vallés alucina con el Gobierno Sánchez por naturalizar la mayor anormalidad democrática
- hace 10 meses
No es para menos.
Vicente Vallés se queda ojiplático ante la estrategia desplegada por La Moncloa para dar carta de naturaleza a la mayor anormalidad democrática que jamás ha conocido España a lo largo de su extensa Historia.
Y es que Pedro Sánchez está dispuesto a lo que sea con tal de seguir en la poltrona presidencial. Aunque ese precio acarree el tener que depender del golpista y prófugo de Waterloo, Carles Puigdemont.
El presentador de la segunda edición de las Noticias de Antena 3 muestra sus recelos, como le pasa a todos los españoles de bien, porque más allá de que el Ejecutivo sanchista remarque que esas negociaciones siempre tendrán como límite el marco constitucional, el hecho de mandar ya emisarios para entrevistarse con el entorno de Juntos por Cataluña ya deja bien a las claras que no se descarta cualquier maniobra chusca para vender como normal lo que es, a todas luces, un auténtico golpe mortal a la democracia española y un pisoteo sin miramientos a la Constitución Española.
Vicente Vallés se queda ojiplático ante la estrategia desplegada por La Moncloa para dar carta de naturaleza a la mayor anormalidad democrática que jamás ha conocido España a lo largo de su extensa Historia.
Y es que Pedro Sánchez está dispuesto a lo que sea con tal de seguir en la poltrona presidencial. Aunque ese precio acarree el tener que depender del golpista y prófugo de Waterloo, Carles Puigdemont.
El presentador de la segunda edición de las Noticias de Antena 3 muestra sus recelos, como le pasa a todos los españoles de bien, porque más allá de que el Ejecutivo sanchista remarque que esas negociaciones siempre tendrán como límite el marco constitucional, el hecho de mandar ya emisarios para entrevistarse con el entorno de Juntos por Cataluña ya deja bien a las claras que no se descarta cualquier maniobra chusca para vender como normal lo que es, a todas luces, un auténtico golpe mortal a la democracia española y un pisoteo sin miramientos a la Constitución Española.