La Retaguardia #277: El secreto del arbitraje en España ¿Se venden los árbitros?
  • el año pasado
El mítico Alfonso Cabeza, quien fuera presidente del Atlético de Madrid en los primeros ochenta, ha pasado por el plató de 'La Retaguardia', en Periodista Digital, para evocar algunos recuerdos de su vida, deportiva y profesional y también ha compartido con Eurico Campano anécdotas e impresiones personales, como testigo de la actualidad política de España que le tocó vivir.

El 'Doctor cabeza', como siempre fue conocido, ha recordado como él fue el primero en denunciar que los árbitros se vendían y cómo a su club, el Atlético de Madrid, se le "robó" una liga, o así se publicó. Corría el año 1981 y Cabeza acusó públicamente de ello a un 'trencilla' de la época, el árbitro Álvarez Margüenda. Esto le valió una querella que acabó decayendo: 'Me pasé años pagando intereses hasta que una amiga del juzgado me llamó un día y me dijo que la habían retirado, pero a mí no me había avisado nadie'. Alfonso Cabeza asegura que todo y todos en la vida, si estamos colocados en cualquier ámbito en el que se muevan dinero o intereses, somos susceptibles de ser corrompidos. Cabeza es el último presidente vivo de aquella hornada de míticos dirigentes futbolísticos, junto al que fuera presidente del Sporting de Gijón y de la Liga de Fútbol Profesional, Manuel Vega Arango.

Alfonso Cabeza fue también durante años director de la Ciudad Sanitaria La Paz, y le tocó vivir los últimos días en la vida de Franco: 'Arias Navarro, al que había conocido en una montería, me dio su teléfono y me pidió que le llamara cada dos horas para informarle'. Cabeza también precisa que Franco, en realidad, murió antes del óbito oficial, sobre las 21 horas del 19 de noviembre, pero que hubo orden de retener la noticia unas horas, hasta la madrugada del día 20, para hacer un molde de su cara y preparar la comunicación de la noticia. Confiesa que le impresionó el estado de debilidad, ya casi terminal, de Francisco Franco: 'Cuando ingresó no pesaría más de 35 kilos'.

En la actualidad, Alfonso cabeza vive tranquilo y jubilado en su casa a las afueras de Madrid y se sigue riendo de muchas de las cosas que ve y escucha, con la sabiduría del que ya ha vivido lo mismo, con otros personajes, hace décadas.
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