“Si esto pasa con el PP en el Gobierno, en la calle tendríamos montada la de San Quintín y los medios de comunicación estarían en llamas”.
Seguro que la frase la han oído docenas de veces.
Puede incluso que hasta la suelten ustedes de vez en cuando, como quien recita una letanía.
Y el pronombre ‘esto’ engloba desde la ley ‘sueltavioladores’ a la ‘animal’, pasando por el acercamiento de etarras, los indultos a golpistas o la ocultación de cadáveres durante la pandemia, hasta llegar a las orgías con cocaína de los ‘diputeros’ del Tito Berni, los cinco pisos de lujo de la directora socialista de la Guardia Civil, la inflación desbocada, los precios de los alimentos o los chanchullos judiciales.
Entiendo que un ciudadano común comente que aquí ardería Troya con tanto desatino, pero cuando escucho el mantra en boca de un político de centroderecha me llevan los demonios.
Me irrita porque ellos, con su desastrosa política de comunicación, su ignorancia de los mecanismos periodísticos y su falta de apetito por la bronca, han contribuido a que el personal parezca pasar por alto y reaccione de forma tan tibia ante los pecados mortales de la izquierda y sus compinches.
A mi no me excluyó de la tertulia de 24 Horas de TVE, donde iba todos los viernes, un comisario socialista encolerizado, sino el sicario del PP del momento, quien tenía miedo a que mis opiniones cabrearan más a Podemos y le montaran una pajarraca los sindicatos.
Y tampoco cancelaron con urgencia mi programa en Telemadrid los rojos guerracivilistas, sino unos idiotas muy de derechas, que creyeron que salvarían el culo, los despachos y las tarjetas si se ponían en sintonía con las bobadas progres que predicaba la atolondrada Cristina Cifuentes, nada más ganar las elecciones autonómicas y pactar con Ciudadanos.
Espero que el PP de Feijóo haya aprendido por fin que se cosecha lo que se siembra, pero ya hablaremos de eso.
Ahora, aunque creo que la alianza PP-VOX llegará a la mayoría absoluta en las próximas elecciones generales, lo que quiero subrayar es que les pueblo español parece anestesiado.
No se si han visto en los noticieros la que se ha montado en Israel, ante el intento de Netanyahu de incrementar la influencia del Ejecutivo sobre el Judicial, singularmente en el nombramiento de jueces.
¿Les suena de algo?
Aquí Sánchez hasta ha alardeado de que el fiscal general es un pelele a su servicio y colocó en su día en ese cargo a su ministra de Justicia, la que comentaba chabacana con Villarejo y unos comisarios que Marlaska era maricón.
Aquí Sánchez ha manipulado el Constitucional y hasta empotrado de presidente al socialista Conde Pumpido.
Aquí, el Gobierno PSOE-Podemos ha indultado a los golpistas catalanes contra el criterio del Tribunal Supremo-
¿Y qué ha pasado?
Pues nada, al margen de lo que protestamos y la lata que damos los escasos medios de comunicación que mantenemos izada la bandera de la libertad.
En cualquier caso, no se aflijan.
Dentro de 60 días tenemos elecciones municipal