Al PSOE y a su líder, Pedro Sánchez, se les llena la boca diciendo que su partido no tolera la corrupción, pero esa corrupción, presuntamente, les ha estallado en la cara.

Por un lado, tenemos la trama del Tito Berni y sus fiestas con prostitutas, alcohol y drogas… y sobres llenos de dinero, que el socialista Ángel Víctor Torres, presidente canario, asegura desconocer.

Y, por otro lado, el PCR de Miguel Ángel Revilla, que gobierna en Cantabria en coalición con el PSOE, se ha visto envuelto en un escándalo de corrupción con un grupo de empresarios que ha desarticulado la Policía Nacional, habiendo adjudicado contratos, por valor superior a los 8 millones de euros, evitando que fueran antes licitados en un concurso público.

Lo que decían los implicados en estas tramas hace unos años choca con lo que hacían o con lo que dicen ahora.

Tito Berni, en 2020, decía al PP en una intervención parlamentaria “no crea el ladrón que son todos de su condición” mientras se saltaba incluso las restricciones de movilidad por la pandemia impuestas por su propio partido para celebrar esas ya famosas fiestas que conocemos ahora.

Revilla, descarta por ahora cesar a los presuntos implicados en la trama cántabra pero, hace unos años, aludiendo a la Gürtel y a los ERE afirmaba rotundamente que si un presidente “no se entera, no es muy capaz y, si se ha enterado, es un delincuente”.

Recordemos también, que en enero el Gobierno de Pedro Sánchez logró su objetivo de rebajar el delito de malversación con el apoyo de sus socios, Podemos y ERC.