¡Qué espectáculo nos vienen ofreciendo desde el pasado jueves 19 de mayo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y sus ministros, sobre todos los cinco miembros comunistas del gabinete!

La ultraizquierda está rabiosa y echa espuma por la boca porque el que fuera jefe del Estado durante 39 años, un ciudadano libre y sin causas abiertas ante la justicia, ha vuelto a su país. Don Juan Carlos I fue obligado, desde agosto de 2020, a someterse a un exilio forzoso, nunca bien explicado -fuera de la 'razón oficial' de no perjudicar con su presencia en España a la Corona- de cuya 'oscuridad' quiso culpársele también a él.

Ha conseguido también la extrema izquierda crear una sima, que no existía, entre el padre y el hijo, entre el actual Rey y el anterior jefe del Estado. Hasta este momento podía haber fricciones, pero a poco que se empeñen los enemigos de España, de tanto como han enredado y embarrado el terreno de juego, don Felipe y don Juan Carlos van a dejar de hablarse.

De momento, con las presiones de Sánchez al Rey para que don Juan Carlos no pudiera pernoctar en el Palacio de la Zarzuela, han conseguido que este último se haya enfadado y que la entrevista entre ambos se haya demorado casi 96 horas, hasta el lunes 23 de mayo desde el jueves 19, fecha de su llegada a Vigo.

Nada nuevo en el fondo; la intención no disimulada de la izquierda de dinamitar la Corona, consiguiendo así forzar un cambio de Régimen e instaurar una III República, cuyo presidente sería, por supuesto, Pedro Sánchez.