Alfonso Rojo: “El trans es el PSOE de Pedro Sánchez que de español tiene lo que Bildu o ERC”

  • hace 2 años
Lo asombroso es que no ardan de vergüenza y no me refiero a Sánchez, Vara, Page o Lambán, que no la tienen, sino a Felipe González y Alfonso Guerra.
El PSOE celebra este sábado en Sevilla, los 40 años de aquella mítica victoria de 1982, en la que los socialistas sacaron 202 escaños y que anunciaron Felipe y Guerra asomados en una ventana del Hotel Palace de Madrid.
Y al vodevil, organizado por La Moncloa a mayor gloria de Sánchez, asistirán sin ponerse colorados los dos protagonistas de la icónica foto.
Ya he dicho en otras ocasiones que Felipe González es un personaje muy sobrevalorado.
Ni fue un empedernido opositor a Franco, ni trajo la democracia a España y sus 14 años como presidente terminaron con un rosario de latrocinios, pero nos hemos olvidado de lo malo y mitificado lo bueno, que fue la incorporación a Europa, una Olimpiada, una Exposición Universal, el AVE e incluso y ahora suena hasta raro, que se distinguía entre buenos y malos y se luchaba contra ETA.
En esa santificación de Felipe y el PSOE de la época influye mucho que después llegaron dos plagas como Zapatero y Sánchez, pero reconocerán conmigo que a estos socialistas no hay por dónde cogerlos y no porque sean escurridizos, sino porque dan asco.
Estoy absolutamente seguro que en los corrillos que formarán, tras posar con cara de palo en las fotos al lado de Zapatero y arropando a Sánchez, cuando llegue el momento de los picos, el jamón y los finos, Felipe y Guerra se las tragarán dobladas.
Ninguno de los dos osará comentar al actual jefe del PSOE que un partido decente no pacta con los herederos de ETA, no regala indultos a los golpistas catalanes, no legitima al separatismo, no reabre heridas de la Guerra Civil, no olvida a las víctimas del terrorismo, no libera a sus verdugos, no prefiere los subsidios a los salarios y no se obsesiona con el cambio de sexo infantil.
Ni siquiera Guerra, tan agudo y ocurrente, se atreverá a soltar la gracieta de que ‘trans’, lo que se dice ‘trans’, no es la delirante ley que promueve Irene Montero y sobre la que discute el Consejo de Ministros en vez de batallar contra la crisis económica, sino este PSOE apestoso, que de español tiene lo que Bildu o ERC.
Un PSOE, al que parafraseando al propio Alfonso Guerra, no conoce ni la madre que lo parió.

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