Forty Winks (Cuarenta guiños) [1 de enero de 1930]
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Una noche, Félix sirve de director de orquesta a cuatro gatos cantores. Mientras tanto, en una casa situada a pocos metros, un hombre corpulento está durmiendo la siesta en una silla, pero se despierta con su actuación. Para silenciarlos, el hombre coge y hace rodar una bola de bolos, haciendo caer a Félix y a los otros gatos. Félix, sin embargo, insiste en seguir actuando mientras toca la flauta y sus amigos bailan. Despertado de nuevo, el hombre saca un pulverizador de éter y rocía su contenido sobre los gatos. Mientras sus amigos se echan una siesta, Félix decide dormir en su casa.

Félix entra en su apartamento y se tumba en el sofá. Pero antes de que pueda descansar lo suficiente, el pequeñajo de la casa le llama. Félix entra y se entera deque se queja por un problema de insomnio. Para ayudar al bebé, el gato le ofrece un vaso de leche caliente, pero no surte efecto. El bebé crio sigue sin poder dormir, por lo que pide un poco de entretenimiento. Félix toca entonces un clarinete, y los soldados de juguete empiezan a bailar con su música. Después de moverse durante unos instantes, uno de los soldaditos dispara un pequeño cañón, atravesando con su proyectil un cuadro en una pared. El niño se queda asombrado por la presentación y le pide a Félix que le entregue el cañón. Cuando Félix se lo entrega y se da la vuelta cuando de repente,le apunta con la pequeña arma y le dispara. Félix recibe un impacto en la espalda y huye asustado del apartamento.

En las calles, Félix busca lugares adecuados para descansar. Entonces se sube a un poste telefónico y se tumba sobre unos pantalones que cuelgan de uno de los cables. Como los cables son frágiles, el que sujeta los pantalones se rompe momentáneamente y Félix vuelve a caer en picado a la acera.

Félix sigue vagando por el barrio hasta que ve una pequeña casa al otro lado de una valla. Entra en ella, sólo para ser perseguido por el perro que está dentro. Como quiere seguir ocupando espacio, el gato se sube al tejado de la casa y sopla hacia la pila, empujando al perro hacia fuera. Félix vuelve a entrar en la casa por la pila e inmediatamente cierra la puerta, dejando al can fuera. El perro, con el corazón destrozado, empieza a llorar tanto que la zona queda pronto inundada por sus lágrimas. Como resultado, la casita empieza a flotar.

Montado en la casa flotante a lo largo del tiempo, Félix se encuentra aterrizando en el Continente Africano. Tras ser perseguido por un hipopótamo, el gato se topa de repente con un puma. Así, los dos felinos comienzan a golpearse mutuamente. Tras varios intercambios, Félix se convierte en el único que lanza y recibe golpes. A continuación, el pequeño gato golpea repetidamente al puma hasta que éste se convierte en una almohada. Félix se tumba en su nueva almohada y finalmente se duerme.
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