Los moáis prometidos

  • hace 2 años
Antes de volar desde Santiago de Chile, pensar en Pascua ya equivale a evocar sus esbeltos y vetustos moái, pétreos e inmortales guardianes de la isla. Un halo de enigma rodea a estos gigantes que el pueblo rapa nui talló para ganarse la protección de sus ancestros desde su llegada en torno al siglo vii. A partir del siglo xi, una sucesión de guerras y colonizaciones los condenó al ostracismo, perdiéndose en el tiempo muchos de los secretos de la cultura original. Alineados mirando tierra adentro, solitarios junto al mar, en pie, tumbados o simplemente esbozados en la toba volcánica, estos isleños imperturbables destacan por su robustez y tamaño, entre los 3 y los
10 metros de alto. Salir a su encuentro en bicicleta, moto o coche constituye una emocionante aventura.