Alfonso Rojo: “El Gobierno, pifias y propaganda y el PP, tiros en el pie”

  • hace 3 años
Un dato escalofriante: desde que está Irene Montero en ese chiringuito llamado Ministerio de Igualdad y gobierna Pedro Sánchez, las violaciones se han disparado en España un 30%.

La cifra pone los pelos de punta y pone en evidencia hasta qué punto es pura fanfarria el discurso feminista que airea la disparatada coalición PSOE-Podemos, pero da la impresión de que la oposición ni se entera. El principal partido de la oposición, para ser precisos.

En lugar de ahondar en el asunto y exigir responsabilidades al líder socialista y sus acólitos, a lo que se dedica el Partido Popular es a pegarse tiros en los pies.

Porque no se puede calificar de otro modo la pueril bronca entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso, por hacerse con el control de la organización en Madrid.

Es difícil de entender que, con todo a favor, la dirección nacional del PP, en lugar de pensar sólo en las próximas elecciones generales y en desgastar al tramposo Sánchez, haya optado por darle aire y ayudar a los socialcomunistas.

Yo confío en que sea algo pasajero, porque si no lo es, lo que se preguntarán muy pronto millones de españoles decentes es si compensa confiar las riendas de España a una gente con tan poca altura de miras.

¿En qué cabeza cabe que la lógica ambición de Ayuso y su empecinamiento en liderar al partido en Madrid asuste a los que mandan en Génova 13, como no sea que les preocupa más mangonear el PP que mandar en España?

Esta insensatez no puede durar un día más. Pablo Casado tiene que salir ya a la palestra y zanjar la cuestión, dejando claro que su único objetivo es llegar a la presidencia del Gobierno y que lo de Madrid queda, como no puede ser de otra manera, en manos de la presidenta madrileña.

He arrancado dando unas cifras sobre delitos sexuales que deberían avergonzar a Sánchez, pero está claro que el aliado de golpistas catalanes y de proetarras vascos no ha tenido nunca vergüenza.

Y otra prueba de ello es su actuación frente a esa tragedia que es el volcán de Cumbre Vieja, que según la ministra Reyes Maroto iba a ser una bendición turística.

Desde que entró en erupción, devastando amplísimas zonas de La Palma, arrasando casas y arruinando vidas, raro es el día en que la isla canaria no ha recibido la visita de algún miembro del Ejecutivo. Todos para hacerse fotos, decir pavadas y hacer propaganda.

Transcurridos casi dos meses, los sufridos palmeros han visto ya más políticos de PSOE y Podemos que millones, porque la ayuda real brilla por su ausencia.

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