Benilde es profesora de pole-dance. Tres criminales le metieron en un coche a la fuerza cuando salía del gimnasio en los alrededores de la Caracas, la capital de Venezuela.
Estuvo dos días encerrada en una casa abandona, incomunicada y aterrada.
Benilde se hundió, perdió la esperanza y entregó todo el dinero que tenía ahorrado a los secuestradores, los 2.500 euros que su marido fallecido hacía cuatro meses le entregó antes de morir.