Todos los autores que han escrito sobre la personalidad de Donald Trump coinciden en tres cosas: tiene una gran inseguridad, tiene una personalidad infantil y no soporta que nadie lo diga. A pesar de ser el hombre más poderoso del planeta, necesita reafirmarse constantemente y ser adulado. Si nadie tiene nada bueno que decir de él, lo hará el mismo hasta la saciedad utilizando los medios de comunicación y las redes sociales. Y si alguien cuestiona su grandeza, intentará machacarlo, ya sea a través del desprestigio o a través de sus abogados para intentar frenar la publicación.