En los últimos once meses 66 presuntos terroristas yihadistas han sido detenidos en 47 operaciones policiales en España.
La mitad de los arrestados tienen nacionalidad española y habían conseguido camuflarse entre el resto de la población gracias a una técnica de ocultación denominada taquilla que les permite fumar, tener sexo, comer cerdo y beber cuando preparan un atentado. Este nuevo escenario bautizado como "Terrorismo Líquido", en el que existen numerosos grupos dispersos de pocas personas no fichadas y dispuestas a sacrificar sus vidas en por la yihad y sin ningún vínculo entre ellas, supone un verdadero reto para las fuerzas de seguridad.