Hasta el 2011, Fukushima era un lugar casi desconocido para el mundo entero. Una de las pocas cosas que hacía popular a esta región japonesa eran sus playas, algunas de ellas famosas a nivel mundial entre los surfistas. Con el terremoto y posterior tsunami que provocaron la fusión del Reactor 1 de la central nuclear local, sus aguas se vieron afectadas por gran cantidad de productos radiactivos y en la mayoría de ellas se prohibió el baño. Sin embargo, algunos surferos nunca dejaron de tomar sus olas.