Detrás de la Razón - Elecciones en Turquía
- hace 9 años
En su eterno anhelo por ser de Europa, Turquía se juega su futuro en unas elecciones decisivas pero muy complicadas, este domingo.
Los ciudadanos van a las urnas con muchos frentes abiertos: querer continuar con el gobernante de la represión a las manifestaciones y los ataques despiadados a la minoría kurda, con el que no lo gusta la libertad de expresión.
Porque hace unos días le mandó la Policía a un conglomerado de medios de comunicación que lo estaba criticando, y la Policía asaltó televisora y periódico.
Asimismo, seguirle dando la oportunidad al Partido Democrático de los Pueblos (HDP) que tiene raíces kurdas y que en las elecciones pasadas le arrebató la mayoría absoluta al gobernante partido Erdogan, que se nombra el Partido de Justicia y Desarrollo (AKP).
Irse por la vía de los nacionalistas que quieren un futuro más laico para Turquía. Pero el asunto no son las opciones sino cómo las opciones se meten el pie para no ser opciones.
Cuando el HDP ganó sus escaños, se le fueron encima pero no sólo con guerra de desprestigio sino con bombas de verdad: en Estambul hubo detonación y en Ankara una explosión mató a casi un centenar de sus militantes.
Es que el asunto no es sólo la victoria para algunos, sino cómo esa victoria podría repercutir en la violencia y muerte que se está viviendo en Oriente Medio.
Recordemos la información de los periódicos críticos al Gobierno turco que indicó cómo sale financiamiento para los grupos terroristas en Siria, o inclusive la crítica al Gobierno turco por haberse unido a los ataques de EE.UU. contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Siria.
Porque lo acusaban de usar esa decisión como un disfraz para que con el pretexto de atacar a los terrorista, se ataca más bien a la minoría kurda. Turquía es hoy el signo igual que está en medio de la ecuación, y dónde las incógnitas son, de un lado las políticas de Occidente y del otro la violencia del Oriente Medio.
Resolver la ecuación, en gran medida se deberá a lo que pase en las elecciones generales de este domingo en Turquía, realizadas para alcanzar un nuevo Parlamento.
Los ciudadanos van a las urnas con muchos frentes abiertos: querer continuar con el gobernante de la represión a las manifestaciones y los ataques despiadados a la minoría kurda, con el que no lo gusta la libertad de expresión.
Porque hace unos días le mandó la Policía a un conglomerado de medios de comunicación que lo estaba criticando, y la Policía asaltó televisora y periódico.
Asimismo, seguirle dando la oportunidad al Partido Democrático de los Pueblos (HDP) que tiene raíces kurdas y que en las elecciones pasadas le arrebató la mayoría absoluta al gobernante partido Erdogan, que se nombra el Partido de Justicia y Desarrollo (AKP).
Irse por la vía de los nacionalistas que quieren un futuro más laico para Turquía. Pero el asunto no son las opciones sino cómo las opciones se meten el pie para no ser opciones.
Cuando el HDP ganó sus escaños, se le fueron encima pero no sólo con guerra de desprestigio sino con bombas de verdad: en Estambul hubo detonación y en Ankara una explosión mató a casi un centenar de sus militantes.
Es que el asunto no es sólo la victoria para algunos, sino cómo esa victoria podría repercutir en la violencia y muerte que se está viviendo en Oriente Medio.
Recordemos la información de los periódicos críticos al Gobierno turco que indicó cómo sale financiamiento para los grupos terroristas en Siria, o inclusive la crítica al Gobierno turco por haberse unido a los ataques de EE.UU. contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Siria.
Porque lo acusaban de usar esa decisión como un disfraz para que con el pretexto de atacar a los terrorista, se ataca más bien a la minoría kurda. Turquía es hoy el signo igual que está en medio de la ecuación, y dónde las incógnitas son, de un lado las políticas de Occidente y del otro la violencia del Oriente Medio.
Resolver la ecuación, en gran medida se deberá a lo que pase en las elecciones generales de este domingo en Turquía, realizadas para alcanzar un nuevo Parlamento.