Mis vacilantes ramas deja que apoye en ti. a un olmo, su vecino, dijo la pobre vid. - Soy una planta frágil y si me quedo aquí pasto seré de los bueyes y escarnio del reptil.
El árbol, bondadoso: -Llega- le dijo -a mi- yo te daré mi apoyo, desventurada vid. La planta, al escucharlo a el se abrazó gentil y el olmo, desde entonces engalanado así, fué amor de los pastores y gala del jardín y abrigo de las aves y orgullo del abril.
Tan generoso ejemplo siempre debeis seguir. "La caridad, ¡oh niños! halla su premio aquí. La gratitud inmensa que os tenga el infeliz os cubrirá de flores la senda del vivir."