¡No te vayas amigo!

  • hace 12 años
Madeleine, una preciosa perrita salchicha de dos años, estaba paseando con su dueño por una playa de Carolina del Sur cuando de pronto descubrió a un cangrejo blanco y seguro que pensó "Guauuuu, un nuevo amiguito para jugar". Pero el nuevo amiguito no estaba por la labor de corresponder a esa nueva amistad y en cuanto Madeleine se le acercó, le lanzo las pinzas, con la aviesa intención de pegarle un buen pellizco. En vez de desanimarse por esta actitud poco amistosa, Madelaine siguió erre que erre para ser amigo del escurridizo cangrejo. Viendo que sus intentos de acercamiento eran rechazados una y otra vez por el poco amistoso cangrejo, decidió que lo más divertido sería jugar al gato y al ratón, sin darse cuenta que la estrategia del crustáceo era darse a la fuga y librarse del incomodo jugueteo de la perrita. Al final una ola puso fin a esa amistad dejando a Madeleine, triste y solita, mirando al mar, quizás soltando alguna lagrimita de tristeza perruna por una amistad que nunca existió.

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