Ha pasado algo más de un mes desde que el ex secretario de Organización del PSOE Santos Cerdán ingresara en la cárcel. Su imputación en el caso Koldo fue el trampolín que le precipitó a los infiernos judiciales, políticos y mediáticos. Tanto es así que, tras prestar declaración ante el Tribunal Supremo, el magistrado que instruye la causa decretó prisión incondicional al entender el elevado riesgo de destrucción de pruebas que supondría su puesta en libertad. Desde entonces, el navarro ha guardado silencio, hasta que 30 días después lo ha roto con una entrevista concedida a La Vanguardia, en cuyas páginas resume los argumentos de su defensa durante estos meses, incluyendo acusaciones contra la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, así como proclamas por su “inocencia” frente a lo que etiquetaba como una “persecución política”.