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00:00:00Luciano nació un miércoles cualquiera, en un barrio olvidado por el mapa y por el estado.
00:00:05Un lugar donde la tierra era más polvo que suelo, y los gritos se mezclaban con el llanto de los niños.
00:00:11Su llegada no fue celebrada con globos ni con ternura.
00:00:15Fue más bien un accidente de la vida, otro hijo en una familia rota, donde el amor escaseaba tanto como el pan.
00:00:21Su madre, Amparo, era una mujer vencida por la rutina y los golpes.
00:00:26Su padre, un fantasma agresivo que solo aparecía para sembrar miedo y luego desaparecer.
00:00:31En esa casa, el silencio era más común que el agua, y la violencia se servía como cena.
00:00:37Luciano aprendió a no llorar desde pequeño.
00:00:40Porque en su casa, llorar era provocar.
00:00:43Aprendió a escuchar, a leer los gestos, a identificar cuando un suspiro podía ser antesala de un estallido.
00:00:50Su niñez fue una galería de privaciones.
00:00:52Comer carne era un lujo reservado para cumpleaños ajenos, y los juguetes, un mito que conocía solo por los comerciales que veía a través de la ventana de una tienda.
00:01:02A los 11, mientras otros jugaban en la calle, él vendía dulces en los buses.
00:01:07A los 13, cargaba sacos en un mercado.
00:01:10Y a los 15, algo se quebró.
00:01:13Ese año, se miró al espejo y no encontró a un adolescente, encontró a un hombre prematuro, cansado, herido, invisible.
00:01:20Ese día, con una rabia silenciosa, se hizo una promesa, a los 35, me voy.
00:01:27No era una amenaza, ni siquiera una súplica.
00:01:30Era un pacto con el dolor.
00:01:32Porque cuando se ha vivido tanto sin haber vivido nada, la muerte deja de asustar.
00:01:37A veces me imagino como un árbol sembrado en una maceta rota.
00:01:41Crecí con raíces temblorosas, buscando agua en el cemento.
00:01:44Mi sol se iba y venía con la misma prisa con la que se pierde un tren.
00:01:48Ella, la que me dio el primer aliento, me sostenía, pero no podía quedarse.
00:01:53Sus pasos eran ráfagas de viento y despedidas.
00:01:56Él, el que debía enseñarme a sostener el mundo, nunca llegó.
00:02:00Se marchó a buscar otra estación donde florecer.
00:02:03Y dejó mi estación sin primavera.
00:02:05Fue entonces cuando la tierra vieja, la que olía a pan caliente y a abrazo,
00:02:10me acogió sin pedir nada.
00:02:12Tenía las manos más arrugadas que los años.
00:02:15Pero su corazón latía más fuerte que todos los que me habían dejado.
00:02:18Y en ese rincón donde el mundo no miraba,
00:02:21aparecieron ellos.
00:02:23Los hombres sin capas, sin espadas.
00:02:26Pero con risas y bromas que espantaban los miedos nocturnos.
00:02:29Mis tíos.
00:02:31Los primeros en enseñarme que familia no es quien te engendra.
00:02:35Sino quien se queda cuando duele.
00:02:37Hoy escribo esto con el alma mojada.
00:02:39Porque aún no entiendo por qué se rompen las familias.
00:02:43Ni por qué a veces el amor no alcanza.
00:02:45Sólo sé que crecí entre grietas.
00:02:48Y que, pese a todo, aún florezco.
00:02:58Luciano tenía 15 años cuando hizo la promesa más silenciosa y letal de su vida.
00:03:02Acabaría con todo cuando cumpliera 35.
00:03:05No fue un grito ni una amenaza.
00:03:08Fue apenas un pensamiento sellado en lo más profundo de sí mismo.
00:03:12Un susurro que se convirtió en sombra,
00:03:14y que lo acompañó desde entonces como una segunda piel.
00:03:17A esa edad, ya había vivido más que muchos adultos.
00:03:22Cargaba con el abandono del padre, que se fue sin mirar atrás,
00:03:25y con la herida viva que dejó su madre al dejarlo en casa de la abuela paterna cuando era apenas un niño.
00:03:30Pero nunca la odió.
00:03:33La recordaba con ternura.
00:03:35Con una ausencia que dolía, pero que no supuraba rencor.
00:03:39La abuela fue su refugio.
00:03:41Tenía las manos callosas, el alma inmensa y un cariño que no pedía nada a cambio.
00:03:46Era ella quien le preparaba el desayuno a pesar de tener el cuerpo vencido por los años.
00:03:51Fue ella quien le enseñó que la dignidad no se compra, se cultiva.
00:03:55Y Luciano la amó como se ama a un faro cuando uno está perdido en mitad del mar.
00:04:01Durante esos años, entre los 15 y los 17,
00:04:03Luciano trabajaba por las mañanas cargando bolsas en el mercado y asistía a la secundaria por las tardes.
00:04:09Siempre estaba cansado.
00:04:12Siempre con hambre.
00:04:13Pero jamás faltó a clases.
00:04:16Fue un alumno sobresaliente.
00:04:19No por lo que decía, sino por lo que callaba.
00:04:22Los profesores lo recordaban como el callado que siempre tenía la respuesta correcta,
00:04:26el que no pedía ayuda, pero ayudaba a todos.
00:04:30Y sin embargo, nadie sabía lo que cargaba dentro.
00:04:33Sus compañeros veían en él a un chico serio, aplicado, incluso prometedor.
00:04:38Pero nadie notaba que muchas veces tenía los ojos rojos por las noches sin dormir,
00:04:42por los pensamientos que lo devoraban, por las cartas que escribía y nunca enviaba.
00:04:47En silencio, en una libreta que escondía bajo el colchón,
00:04:50Luciano escribía lo que no podía decir.
00:04:53Uno de esos textos decía.
00:04:55Hoy vi al niño que fui, reflejado en el charco frente al colegio.
00:05:00Tenía frío, los zapatos rotos y la mirada perdida.
00:05:04Quise abrazarlo.
00:05:06Decirle que todo estaría bien.
00:05:08Pero me miró sin creerme.
00:05:10Le hablé de la abuela, de sus manos que curaban sin medicina.
00:05:14Le hablé de mamá, que a veces está y a veces no.
00:05:18Le hablé de los tíos, que aunque no usen capa.
00:05:21Fueron los superhéroes más reales que conocí.
00:05:23Pero no me respondió.
00:05:26Solo se agachó, recogió una piedra.
00:05:29Y con ella rompió el reflejo.
00:05:32Entonces entendí.
00:05:34Que ese niño, aunque aún viva en mí.
00:05:37Ya no cree en promesas.
00:05:39Así era Luciano, entre los 15 y los 17.
00:05:43Un chico con una mente brillante, un corazón herido y un alma que aprendió a sobrevivir a fuerza de esconderse.
00:05:49Terminó la secundaria entre los primeros del curso.
00:05:52Recibió un diploma de honor.
00:05:55Todos aplaudieron.
00:05:57Pero nadie supo que aquella noche, al llegar a casa, escribió un nuevo número en la pared de su cuarto.
00:06:02Faltan 20 años.
00:06:04Porque, aunque el mundo creía que ese muchacho tenía un futuro brillante,
00:06:08él seguía aferrado a la promesa silenciosa de los 35.
00:06:11Luciano terminó la secundaria a los 17 años, cargando más cicatrices internas que medallas externas.
00:06:18Su diploma fue una victoria silenciosa, pero real.
00:06:22No tenía lujos, ni contactos, ni certezas.
00:06:25Pero sí tenía una semilla dentro.
00:06:27No quería repetir la vida que vivió.
00:06:30Quería progresar.
00:06:32Quería más.
00:06:34No por ambición, sino por hambre de dignidad.
00:06:37Encontró un pequeño trabajo como auxiliar en una biblioteca municipal.
00:06:41Era el entorno ideal para un muchacho que amaba escribir en silencio.
00:06:45Las horas muertas las usaba para leer, estudiar, y llenar su libreta con ideas, metáforas,
00:06:50pensamientos que aún no se atrevía a decir en voz alta.
00:06:54Fue ahí donde la vio por primera vez.
00:06:57Patricia.
00:06:58No llegó con luces, ni con una escena cinematográfica.
00:07:02Simplemente estaba ahí, sentada en una mesa, resolviendo ejercicios complejos de matemáticas
00:07:07como si jugara con palabras cruzadas.
00:07:09Era dos años mayor que Luciano, estudiante de ingeniería.
00:07:14Tenía una mente afilada, una mirada decidida, y una sonrisa que no necesitaba maquillaje.
00:07:20Brillante.
00:07:21Esa es la palabra.
00:07:23Brillante sin alardes.
00:07:26Luciano se acercó una tarde, con la excusa más torpe posible, preguntarle por un libro
00:07:30que ella tenía justo enfrente.
00:07:33Patricia lo miró, comprendió el pretexto al instante, y sonrió.
00:07:37No se burló.
00:07:39Le ofreció el libro, y con él, una conversación.
00:07:42Las visitas de Patricia a la biblioteca se volvieron frecuentes.
00:07:46Al principio hablaban de autores, de cálculos, de películas antiguas.
00:07:51Pero poco a poco, Luciano se encontró revelando cosas que nunca antes había dicho.
00:07:56Una tarde, por impulso o por necesidad, le mostró su cuaderno.
00:08:01Su cuaderno secreto.
00:08:03Ella lo leyó en silencio.
00:08:04Durante más de una hora.
00:08:08Y al terminar, solo dijo.
00:08:10Esto, esto también eres tú.
00:08:13No solo lo que sufriste, sino lo que puedes crear.
00:08:17Fue la primera persona en entenderlo.
00:08:20En abrazarlo, sin necesidad de consuelo.
00:08:23Y en reconocer la belleza que había en su oscuridad.
00:08:26Se enamoró de ella, sin siquiera darse cuenta.
00:08:28Y ella, sin pedirle que sanara, simplemente se quedó.
00:08:33Juntos vivieron años de pequeños milagros.
00:08:37Cafés en la madrugada, largas caminatas sin rumbo, debates sobre libros que nunca terminaban.
00:08:42Patricia tenía la habilidad de convertir lo cotidiano en extraordinario.
00:08:46Luciano, por primera vez, se sentía completo.
00:08:50No perfecto.
00:08:52Pero sí humano.
00:08:54Hoy no escribí sobre la tristeza, a Anoto una noche.
00:08:58Escribí sobre sus ojos.
00:08:59Porque si el mundo supiera lo que es ver la vida desde esa mirada.
00:09:04Dejaría de inventar religiones.
00:09:07Construyeron una historia discreta, sin grandes lujos, pero llena de momentos hermosos.
00:09:12Patricia lo animó a estudiar, a escribir más formalmente, incluso a enviar algunos de sus textos a revistas literarias.
00:09:20Luciano empezó a creer que si podía vencer el ciclo.
00:09:23Que si podía escapar del laberinto que lo había criado.
00:09:26Durante esos años, Luciano olvidó contar los días que faltaban para cumplir su promesa.
00:09:32Porque por primera vez en su vida, el futuro no era una amenaza.
00:09:36Era una posibilidad.
00:09:38Luciano ingresó a la universidad con el impulso que le había sembrado Patricia.
00:09:43No fue fácil.
00:09:44Las becas eran escasas, el dinero casi inexistente, y su entorno, poco favorable.
00:09:50Su padre, que hacía años se había marchado sin dar explicaciones,
00:09:53Entonces, aparecía de vez en cuando como una sombra, no para apoyar, sino para juzgar desde lejos,
00:09:59con comentarios punzantes que más que preguntas, eran piedras.
00:10:02¿Y para qué estudias eso?
00:10:04Le dijo una vez por teléfono.
00:10:07¿Acaso vas a mantener a alguien con tus cuentitos?
00:10:11Luciano no respondía.
00:10:13Ya había aprendido a no esperar amor donde no lo había.
00:10:16Pero cada llamada de su padre era un recordatorio de lo que no quería ser.
00:10:20Una lucha interna que libraba en silencio.
00:10:24A pesar de todo, seguía.
00:10:27Estudiaba por las noches, trabajaba los fines de semana.
00:10:30A veces, se dormía sobre sus libros, con el cuerpo agotado y la mente encendida.
00:10:36Patricia era su aliento, su equilibrio, su hogar.
00:10:39Ella seguía acompañándolo, ayudándolo, leyéndole en voz alta cuando él no podía más.
00:10:44Le preparaba café, le recordaba que lo estaba logrando.
00:10:49Que su historia no tenía que repetirse.
00:10:52Hasta que todo se detuvo.
00:10:54Fue una tarde cualquiera.
00:10:56Luciano salía de clases, cargando libros y una sonrisa cansada, cuando su teléfono sonó.
00:11:02Un número desconocido.
00:11:04Atendió sin imaginar que esa llamada sería el punto de quiebre.
00:11:08¿Luciano?
00:11:09Soy la tía de Patricia.
00:11:12Hubo un silencio.
00:11:14Lo siento.
00:11:16Patricia falleció esta tarde.
00:11:18No hubo detalles.
00:11:20No los pidió.
00:11:22No supo de qué.
00:11:24No entendió la necesidad de saber.
00:11:26Solo sintió como si el tiempo, el sonido, el aire, todo desapareciera.
00:11:31No colgó.
00:11:33No habló.
00:11:34Caminó sin dirección, como si no supiera dónde estaba, ni quién era.
00:11:39Llegó corriendo a la casa de los padres de Patricia.
00:11:42Las calles eran borrosas.
00:11:45El mundo parecía una imagen mal editada.
00:11:48Y ahí, en la sala principal, vio el ataúd.
00:11:52Ahí estaba ella.
00:11:54Patricia.
00:11:55La que lo salvó.
00:11:57La que lo reconstruyó.
00:11:59La que convirtió su oscuridad en palabras hermosas.
00:12:02Estaba tendida, callada, inmóvil.
00:12:06Y Luciano, en ese instante, se convirtió en estatua.
00:12:10No lloró.
00:12:11No gritó.
00:12:13No se desmayó.
00:12:15Solo sintió como algo dentro de él se rompía lentamente.
00:12:18No de golpe.
00:12:20No con dramatismo.
00:12:22Sino con esa lentitud cruel con la que se quiebra un alma.
00:12:26Se sentó a su lado.
00:12:28Le tomó la mano fría.
00:12:30Y por dentro, se apagó.
00:12:32El peor llanto no hace ruido, escribió esa misma noche, en la última página del cuaderno que ella había leído una vez.
00:12:39Es ese que se traga.
00:12:41Ese que nadie ve.
00:12:43Ese que pesa como un cuerpo muerto dentro del pecho.
00:12:47Desde entonces, Luciano siguió caminando.
00:12:50Pero ya no como un joven con futuro.
00:12:53Sino como un hombre que sobrevivía con los escombros de lo que una vez soñó ser.
00:12:57Después del entierro, Luciano no volvió a hablar de Patricia.
00:13:01Ni con su abuela.
00:13:03Ni con sus tíos.
00:13:05Ni con nadie.
00:13:07Guardó su nombre como se guarda una herida abierta debajo de la ropa, sin tocarla, sin mostrarla, pero sangrando igual.
00:13:14Terminó el semestre con un esfuerzo mecánico, como si no estuviera ahí.
00:13:19Como si su cuerpo asistiera, pero su alma se hubiera quedado atrapada en aquel ataúd.
00:13:24Nunca dejó la universidad.
00:13:26Porque dejarla habría sido reconocer que algo dentro de él había muerto.
00:13:30Y Luciano no quería aceptar eso.
00:13:33No todavía.
00:13:34Siguió estudiando.
00:13:37Terminó la carrera.
00:13:39Consiguió un trabajo modesto, pero estable, en una oficina pública donde nadie le preguntaba demasiado, y eso era lo que más agradecía.
00:13:46La rutina se volvió su refugio.
00:13:49Lo despertaba, lo mantenía en movimiento, le impedía pensar.
00:13:54Nunca habló de Patricia.
00:13:56Nunca mencionó su nombre.
00:13:58Ni siquiera cuando le preguntaban si había estado enamorado alguna vez.
00:14:02¿Alguna novia?
00:14:04Le decía su abuela mientras preparaba café.
00:14:07No, nada serio, respondía con una sonrisa leve.
00:14:11Y ella le creía.
00:14:13Todos le creían.
00:14:14Porque Luciano era muy bueno ocultando dolor.
00:14:18A veces, en las noches, abría su cuaderno viejo.
00:14:22Lo mismo que usaba cuando era adolescente.
00:14:25Escribía cosas que nadie entendería jamás.
00:14:28A veces, a veces, siento que Dios guarda silencio porque tiene miedo de mí.
00:14:33Hay días en que el mundo parece una lápida con árboles.
00:14:36Yo amé.
00:14:38Por eso ahora, solo existo.
00:14:41No buscaba consuelo.
00:14:43No buscaba compañía.
00:14:45Simplemente escribía para no explotar.
00:14:48Durante años tuvo miedo de amar de nuevo.
00:14:51No porque no creyera en el amor.
00:14:53Sino porque sabía lo que podía perderse.
00:14:56Y eso lo volvió cauteloso.
00:14:59Hermético.
00:15:00Un hombre amable, sí.
00:15:02Pero con los ojos de quien vio algo que ya no se puede contar.
00:15:06La vida siguió, como siempre lo hace.
00:15:09Pero para Luciano, algo de él se había quedado detenido en esa sala con olor a flores marchitas.
00:15:15Ahí donde Patricia dormía su último sueño.
00:15:18Ahí donde él dejó de llorar.
00:15:21La vida de Luciano continuaba.
00:15:23O eso parecía.
00:15:25Iba al trabajo.
00:15:27Saludaba con cortesía.
00:15:29A veces reía con algunos amigos en un café de esquina, hablaban de cosas triviales, fútbol, política, las quejas del día.
00:15:37Pero al caer la noche.
00:15:39Algo en él cambiaba.
00:15:41Fue entonces cuando aceptó un empleo nocturno.
00:15:44Un trabajo de esos que nadie quiere, pero que pagan bien si sabes callar y aguantar el frío.
00:15:50Horario de 11 de la noche a 6 de la mañana.
00:15:53Un depósito, un almacén, un lugar sin ventanas ni relojes.
00:15:56Y en ese horario extraño, cuando el mundo duerme y las sombras se hacen largas, Luciano empezó a hundirse.
00:16:04Sin darse cuenta.
00:16:06O quizás, sabiendo perfectamente lo que hacía.
00:16:09Primero, fue el alcohol.
00:16:11Una copa para el frío, otra para olvidar.
00:16:15Después, las apuestas en bares clandestinos, donde la adrenalina le devolvía por unos segundos el pulso a la vida.
00:16:21Luego, mujeres.
00:16:22Amor fugaz, cuerpos sin nombres, abrazos sin alma.
00:16:27Todo eso lo hizo sentir humano, aunque fuera solo por unas horas.
00:16:32No era placer.
00:16:33Era anestesia.
00:16:35Había noches en que el eco del almacén lo abrazaba más fuerte que cualquier amante.
00:16:40Y en esas madrugadas, pensaba en la promesa.
00:16:43Cuando tenga 35, se acaba.
00:16:45Era una frase tatuada en su memoria, dicha en voz baja, con la fuerza de un juramento infantil y la gravedad de una sentencia adulta.
00:16:54A veces pensaba en adelantarla.
00:16:57Quizás esta noche.
00:16:59Quizás hoy.
00:17:00Nadie lo notaría.
00:17:02Pero había cosas que lo detenían.
00:17:05Su abuela.
00:17:06Sus tíos.
00:17:08Imaginaba su cuerpo dentro de un ataúd.
00:17:11Imaginaba el llanto de los que alguna vez lo amaron.
00:17:14Imaginaba flores.
00:17:16Silencio.
00:17:18Y la frase que más le dolía.
00:17:20Era un buen muchacho.
00:17:23¿Lo llorarían de verdad?
00:17:24¿O simplemente llorarían la idea de lo que él representaba?
00:17:28Afuera, los taxis pasaban como relámpagos.
00:17:32Adentro, Luciano seguía solo, con una botella vacía, una apuesta perdida, y un abismo en el pecho.
00:17:38A veces, la redención empieza con un consejo mal dicho.
00:17:42Con una burla que termina siendo verdad.
00:17:44O con una mano que no te salva, pero al menos no te deja caer.
00:17:48Luciano, comenzó a alejarse del mundo nocturno.
00:17:53No por milagro, ni por inspiración divina.
00:17:56Fue porque algunos, aún desde la distancia, no se olvidaron de él.
00:18:00Viejos amigos.
00:18:02Esos que alguna vez compartieron aula, almuerzo o sueños de adolescencia.
00:18:06Algunos sinceros, otros solo curiosos.
00:18:10Pero entre todos, hubo voces que los sacudieron.
00:18:13¿Y si estudias algo nuevo?
00:18:16Estás a tiempo, Luci, no te mates en esa rutina.
00:18:20Brother, mejora tu ropa, haz algo por ti.
00:18:23Quizás la vida si tiene algo bueno preparado, pero hay que salir a buscarlo.
00:18:27Al principio, Luciano se reía.
00:18:31Por dentro.
00:18:32Con esa amargura que tiene quien ya enterró la esperanza.
00:18:36Pero poco a poco.
00:18:38Esas frases comenzaron a quedarse.
00:18:40Y una noche, sin ceremonia, sin testigos.
00:18:44Guardó la botella.
00:18:46Dejó el juego.
00:18:48Y no volvió a esas madrugadas con aroma a nada.
00:18:51Comenzó a leer de nuevo.
00:18:54A escribir otra vez.
00:18:56A caminar por las tardes.
00:18:58A mirar a la gente en la calle como si no fueran fantasmas.
00:19:02El cambio fue lento.
00:19:04Como el de una herida que ya no supura sangre pero aún duele cuando llueve.
00:19:09Luciano empezó a cuidar su aspecto.
00:19:11No para gustar.
00:19:13Sino porque por primera vez en años, quiso verse digno ante el espejo.
00:19:18Pero había algo que no podía cambiar.
00:19:20Su soledad.
00:19:22Se rehusaba a volver a amar.
00:19:24La imagen de Patricia no era solo una sombra.
00:19:28Era una promesa que sentía no debía traicionar.
00:19:31No hay forma de repetir lo mismo, decía.
00:19:34No hay forma de volver a ser feliz como con ella.
00:19:38Sus amigos lo impulsaban.
00:19:40Quizás deberías salir con alguien.
00:19:42No te cierres a la vida.
00:19:45Luciano solo sonreía.
00:19:48No decía que no.
00:19:49Pero tampoco decía sí.
00:19:52Él sabía que su corazón seguía siendo tumba.
00:19:55Y mientras no enterrara bien ese pasado.
00:19:58Todo lo nuevo sería falso.
00:20:00Pero al menos, había dejado de morir todos los días.
00:20:03La vida de Luciano había entrado, por fin, en una especie de tregua.
00:20:09Después de años de caminar con el alma deshilachada.
00:20:12Decidió hacer algo que para muchos suena simple.
00:20:14Pero para él era monumental.
00:20:18Empezar de nuevo.
00:20:19Se mudó a otra ciudad.
00:20:21Sin expectativas, sin grandes planes.
00:20:25Solo con una maleta, algo de ropa.
00:20:27Y el anhelo de respirar un aire que no conociera sus cicatrices.
00:20:31El cambio fue extraño.
00:20:34Pero pronto, comenzó a notarlo.
00:20:37Luciano sonreía.
00:20:39No por obligación, ni por cortesía.
00:20:42Sino porque algunas cosas comenzaban a tener sentido.
00:20:45Le encontraba humor incluso a sus propias torpezas.
00:20:49Recuerda claramente su primera entrevista de trabajo.
00:20:53Llegó tarde, perdido en una ciudad donde nadie parecía conocer su propia ciudad.
00:20:57Cuando lo mencionó entre risas, durante su presentación.
00:21:01Todos vieron con él.
00:21:03Y fue ahí, justo después de sentarse.
00:21:06Que se sorprendió a sí mismo.
00:21:09No por el chiste.
00:21:10Sino por haber sido capaz de hacerlo.
00:21:13La vida, por primera vez en mucho tiempo.
00:21:17No dolía tanto.
00:21:19Luciano retomó visitas a la tumba de Patricia.
00:21:22La última vez le llevó flores blancas.
00:21:25Le habló como si ella aún pudiera oírlo.
00:21:28Y en vez de un, te extraño.
00:21:30Le dijo.
00:21:32Hasta pronto, pa.
00:21:34Pero justo cuando el horizonte parecía menos nublado.
00:21:37La vida le recordó que los fantasmas no avisan.
00:21:41Solo vuelven.
00:21:43Una llamada.
00:21:45Hermano, ¿cómo estás?
00:21:47La voz era familiar, una de esas que guardan historia detrás.
00:21:50Después del saludo, vino la noticia.
00:21:54Es la abuela, la materna.
00:21:57Está enferma.
00:21:59Muy enferma.
00:22:00Los días siguientes no fueron normales.
00:22:03La misma voz llamaba cada día, con nuevas noticias.
00:22:07Siempre peores.
00:22:09Luciano no lo dudó más.
00:22:12Tomó un bus sin mirar el costo.
00:22:14Con la prisa de quien sabe que no siempre hay más tiempo.
00:22:18Cuando entró a la casa donde había pasado parte de su infancia.
00:22:21Y la vio.
00:22:23Tan pequeña, tan distinta, tan frágil.
00:22:26Luciano no dijo nada.
00:22:29Solo se arrodilló junto a su cama.
00:22:31La tomó de la mano.
00:22:33Y lloró.
00:22:35Lloró con un llanto que venía desde sus ocho años.
00:22:38No por debilidad.
00:22:40Sino porque el amor que ella le dio.
00:22:43Era de esos que no caben en palabras ni en silencios.
00:22:46Y ahí, en medio del olor a hospital.
00:22:49Entre pastillas, oraciones y relojes que ya no importaban.
00:22:53Luciano supo una vez más.
00:22:56Que la vida nunca sana del todo.
00:22:59Solo te deja respirar antes del siguiente golpe.
00:23:02María.
00:23:03Así se llamaba la abuela que para Luciano no fue solo una figura maternal.
00:23:08Fue su refugio.
00:23:10Su escudo.
00:23:11Su luz.
00:23:13Durante esa semana que Luciano estuvo de visita.
00:23:16Pudo reencontrarse con ella en los últimos días que le quedaban.
00:23:20Y también aprovechar para ver a su otra abuela.
00:23:23La dulce y testaruda Dolores.
00:23:25Que aunque aún sonreía.
00:23:28Ya no era la misma.
00:23:30Luciano notó algo en ella.
00:23:33Ya no bastaba con amor.
00:23:35Dolores necesitaba cuidados.
00:23:38Compañía.
00:23:39Rutina.
00:23:41Ayuda.
00:23:42No tardó en hablarlo con uno de sus tíos.
00:23:45Ese al que Luciano llamaba, medio en broma, medio en verdad.
00:23:49Mi verdadero padre.
00:23:51Llegaron a un acuerdo simple.
00:23:54Luciano se encargaría de lo material.
00:23:57Y su tío, de administrar los gastos.
00:23:59De asegurarse de que Dolores no careciera de nada.
00:24:03Ese arreglo, para Luciano.
00:24:05Fue una forma de decirle a su pasado.
00:24:09No te abandono.
00:24:10Cuando regresó a la ciudad.
00:24:13Luciano sintió algo parecido a paz.
00:24:16Volvió a su rutina.
00:24:17El trabajo, los pequeños proyectos.
00:24:20Las cosas que empezaban a sostenerle el alma.
00:24:24Pero tres días después.
00:24:26Cuando el reloj aún no marcaba las cuatro de la mañana.
00:24:30Su teléfono sonó.
00:24:32Esta vez no era la voz dulce de su hermana.
00:24:35Era la de su hermano mayor.
00:24:37Una voz grave, sin rodeos.
00:24:40Luciano, la abuela María falleció.
00:24:43No hubo más palabras.
00:24:45El golpe, fue seco.
00:24:47Frío.
00:24:49Silencioso.
00:24:50Luciano colgó.
00:24:52Y una vez más, como si se tratara de una herida vieja que no termina de cerrar.
00:24:57Lloró.
00:24:58Pero este llanto, fue distinto.
00:25:01No fue junto a una cama, ni con una mano que sostener.
00:25:05Fue solo.
00:25:06A la distancia.
00:25:08No pudo viajar.
00:25:10No por desinterés.
00:25:12Sino porque esta vez el dolor le llegó en una forma que lo dejó paralizado.
00:25:17Miró al techo durante horas.
00:25:19Sintió que algo en él se apagaba.
00:25:22Y no supo cómo encenderlo de nuevo.
00:25:24Era la segunda gran mujer de su vida que se iba.
00:25:28Y esta vez no tuvo la oportunidad de decir adiós.
00:25:31Solo quedó un susurro interno.
00:25:34Gracias, María.
00:25:36Y el mundo siguió.
00:25:38Pero en el corazón de Luciano.
00:25:40La ausencia ya comenzaba a dejar marcas profundas.
00:25:44De esas que no se ven.
00:25:46Pero que hacen ruido cuando todo está en silencio.
00:25:49Después de la muerte de María, el silencio volvió a rodear a Luciano.
00:25:54Un silencio que no era vacío.
00:25:55Era denso, espeso.
00:25:58Como cuando se guarda un grito en el pecho.
00:26:02Sin embargo, no todo estaba perdido.
00:26:05Facundo, su tío, ese al que veía más como un padre que como un hermano de su padre.
00:26:10Seguía allí.
00:26:12Siempre estuvo.
00:26:14No era hombre de muchas palabras.
00:26:16Pero sabía escuchar.
00:26:19Y Luciano, aunque callado ante el mundo.
00:26:22Siempre le habló a él.
00:26:24Facundo no le ofrecía consejos.
00:26:27No le daba sermones.
00:26:29Simplemente lo escuchaba.
00:26:31A veces con una mirada.
00:26:33Otras con un silencio que lo decía todo.
00:26:36Era su refugio emocional.
00:26:39Su confidente desde niño.
00:26:41El único que logró entenderlo sin necesidad de entenderlo todo.
00:26:45Gracias a Facundo, Luciano no se derrumbó.
00:26:49Al menos, no por completo.
00:26:51Pasó un año desde que María se fue.
00:26:54El tiempo había limado algunas aristas del dolor.
00:26:57Pero Luciano seguía con cautela el calendario de su propia tristeza.
00:27:02Fue entonces cuando apareció Gabriela.
00:27:04Todo comenzó como empiezan las cosas que parecen no tener importancia.
00:27:08Una solicitud en redes sociales.
00:27:12Un, hola, ¿cómo estás?
00:27:14Una respuesta corta.
00:27:16Luego otra.
00:27:18Y después.
00:27:19El algoritmo de la vida los cruzó más de lo que cualquiera de los dos hubiera imaginado.
00:27:24Las conversaciones se volvieron diarias.
00:27:27Los temas dejaron de ser banales.
00:27:30Hablar con Gabriela se sentía liviano.
00:27:33Como si por primera vez en años, Luciano no tuviera que cargar todo el peso de su historia.
00:27:38Vinieron las salidas.
00:27:41Las risas tímidas.
00:27:43Los silencios cómodos.
00:27:45Y también el miedo.
00:27:46Un miedo profundo y antiguo.
00:27:49¿Y si otra vez la vida me arrebata lo que amo?
00:27:52¿Y si todo se repite como con Patricia?
00:27:55Pero esta vez no huyó.
00:27:57Se dejó llevar.
00:27:58Con el tiempo, el amor tomó forma concreta.
00:28:02Un hogar.
00:28:04Una familia.
00:28:06La noticia del embarazo lo sorprendió.
00:28:09Fue alegría.
00:28:11Fue pánico.
00:28:12Fue esperanza vestida de incertidumbre.
00:28:14El primero en saberlo fue Facundo, su eterno confidente.
00:28:19Luciano lo llamó con la voz temblorosa.
00:28:22Pedro escuchó, guardó silencio un momento.
00:28:25Y luego dijo, sin dudas.
00:28:28Es normal tener miedo, pero vas a ser un buen padre, Luciano.
00:28:31Porque sabes lo que es crecer con la ausencia.
00:28:35Y esas palabras se le quedaron clavadas.
00:28:38Como un ancla.
00:28:40Como un faro.
00:28:42Por primera vez en mucho tiempo, Luciano sintió que estaba construyendo algo más grande que
00:28:46él mismo.
00:28:48Pasaron uno, dos, tres meses.
00:28:50El embarazo avanzaba con su propio ritmo.
00:28:54Náuseas por las mañanas.
00:28:56Antojos de madrugada.
00:28:58Y el sonido constante del corazón de su hijo latiendo en cada ecografía.
00:29:03Luciano se adaptaba a la idea de ser padre.
00:29:06Hablaba casi a diario con Facundo.
00:29:09No siempre con palabras profundas, pero sí con la confianza que sólo se tiene con quien
00:29:13te conoce hasta en el silencio.
00:29:15Facundo era su espejo, su refugio, su cable a tierra.
00:29:18Pero entonces llegó ese 12 de julio.
00:29:22Una fecha que nunca más sería un día cualquiera.
00:29:26Fue otra llamada.
00:29:28Una de esas que parecen congelar el aire.
00:29:31El teléfono sonó.
00:29:33Luciano lo miró por unos segundos.
00:29:36Como si supiera que algo no estaba bien.
00:29:39Respondió.
00:29:40¿Luciano?
00:29:42Facundo falleció.
00:29:44No hubo gritos.
00:29:46No hubo preguntas.
00:29:46Solo un murmullo sordo en su pecho.
00:29:50Un temblor que no llegaba a la piel, pero que le fracturó el alma.
00:29:54Se sintió solo de nuevo.
00:29:57Solo como a los 10 años cuando su madre lo dejó.
00:30:00Solo como el día que vio a Patricia por última vez.
00:30:03Solo como en aquellas noches donde dormía con hambre y nadie lo notaba.
00:30:08Luciano colgó el teléfono sin recordar haberlo hecho.
00:30:12Se sentó en el borde de la cama.
00:30:14Y ahí estuvo.
00:30:16Minutos u horas.
00:30:18Mirando un punto fijo.
00:30:19Sin derramar una lágrima.
00:30:22Porque ya no sabía cómo llorar.
00:30:25Pero sí sabía que dentro de él algo más se rompía ese día.
00:30:29Facundo no era solo un tío.
00:30:32Era su soporte emocional.
00:30:34El hombre que más lo había comprendido.
00:30:37El único que sabía todo de él y nunca lo juzgó.
00:30:39Y ahora se había ido.
00:30:42Dejándolo otra vez en ese lugar al que tantas veces había intentado no volver.
00:30:47La orfandad emocional.
00:30:49Luego de aquella llamada.
00:30:52Luciano no pensó mucho.
00:30:54Simplemente empacó lo necesario y viajó.
00:30:57No sabía ni cómo lo hacía, pero lo hacía.
00:31:00En el trayecto, mientras el paisaje pasaba borroso por la ventana del bus.
00:31:05Una sola frase martillaba su mente.
00:31:08Facundo ha fallecido.
00:31:10Una y otra vez.
00:31:12Como un eco que no respetaba el tiempo ni el cansancio.
00:31:16Lloró todo el camino.
00:31:18No disimulaba, no lo ocultaba.
00:31:20El rostro empapado, los ojos encendidos.
00:31:24El dolor era más fuerte que la vergüenza.
00:31:27Cuando llegó a su ciudad natal, no hubo abrazos.
00:31:30No hubo sonrisas, ni preguntas de bienvenida.
00:31:33No hubo un, ¿cómo estuvo tu viaje?
00:31:36Había un vacío en el aire, un peso que nadie quería nombrar.
00:31:40Luciano fue primero a casa de Dolores, su madre.
00:31:44Se detuvo frente a la puerta.
00:31:46Secó las lágrimas.
00:31:48Respiró hondo.
00:31:49Y fingió estar en pie.
00:31:52Dolores aún no sabía la noticia.
00:31:55Nadie se lo había dicho.
00:31:57Nadie se atrevía.
00:31:59Tenían miedo de lo que pudiera ocurrir con ella.
00:32:02Y por eso todos callaron.
00:32:04Y el dolor de Luciano tuvo que esconderse.
00:32:08Una vez más.
00:32:10Debajo de una sonrisa vacía y un abrazo silencioso.
00:32:13Diógenes, su padre, también había llegado.
00:32:17Extrañamente estaba ahí.
00:32:20Luciano lo vio.
00:32:21Y en esa mirada no hubo reproches.
00:32:24Ni preguntas.
00:32:26Solo ausencia.
00:32:28Un hombre parado frente a él.
00:32:30Como si no fuera nadie.
00:32:33Luciano no lo saludó.
00:32:35No podía.
00:32:36Había heridas más urgentes que ese viejo rencor.
00:32:40Después, con paso lento, llegó a la casa de Facundo.
00:32:44Lo esperaban sus primos.
00:32:46Su tía.
00:32:48Todos con ojos rojos.
00:32:50Todos con la voz apagada.
00:32:52Y entonces lo vio.
00:32:54El ataúd.
00:32:56Otro ataúd.
00:32:57Frío.
00:32:59Mudo.
00:33:00Definitivo.
00:33:02Luciano se quebró.
00:33:04Lloró.
00:33:04Pero no como otras veces.
00:33:08No fue un llanto controlado o resignado.
00:33:11Fue el llanto de la desesperación.
00:33:13De la orfandad definitiva.
00:33:16Lloró hasta no entender cómo dejó de hacerlo.
00:33:19Hasta que el cuerpo se rindió.
00:33:21Y el alma quedó vacía.
00:33:23Ahí, de pie, frente a la caja de madera.
00:33:27Luciano sintió que una parte de él se había ido para siempre.
00:33:31Facundo era su último pilar emocional.
00:33:33Su amigo, su guía, su hermano de alma.
00:33:37Y ahora solo quedaba el silencio más largo.
00:33:40El día del funeral de Facundo fue, sin dudas.
00:33:44El día más negro en la memoria de Luciano.
00:33:46El aire era espeso.
00:33:49Las palabras, escasas.
00:33:52Nadie tenía fuerza para decir nada.
00:33:54Excepto uno, Diógenes.
00:33:57Fue el quien finalmente le dijo a Dolores lo que había ocurrido.
00:34:01¿Cómo murió su hijo?
00:34:02Que ya no estaba.
00:34:05Que ese silencio que flotaba desde hace días tenía nombre.
00:34:09Dolores no lloró.
00:34:11Nadie lo podía creer.
00:34:13Todos esperaban un llanto desgarrador.
00:34:16El desmayo.
00:34:17El grito.
00:34:19El lamento.
00:34:20Pero ella, solo bajó la cabeza.
00:34:24Miró al vacío.
00:34:25Y se quedó callada.
00:34:27Luciano entendió, entonces, una verdad brutal.
00:34:31El dolor más profundo no siempre grita.
00:34:34El llanto más devastador no siempre tiene lágrimas.
00:34:38Dolores simplemente aceptó la muerte de Facundo en su fragilidad.
00:34:42Como una flor que cae en silencio.
00:34:45No fue al funeral.
00:34:46No quiso ir.
00:34:48No puedo ver a un hijo en un ataúd.
00:34:51Dijo.
00:34:52Prefería recordar a Facundo como un hombre sonriente.
00:34:56Como el muchacho con voz firme y mirada cálida.
00:34:59Luciano lo entendió.
00:35:01Y la respetó.
00:35:03En el cementerio, Luciano no se despidió de Diógenes.
00:35:07No lo miró.
00:35:09No lo buscó.
00:35:10No había razones para hacerlo.
00:35:13Tampoco se quedó para ciertas tradiciones.
00:35:16Ni se sumó a las oraciones en grupo.
00:35:19Luciano ya no creía en Dios.
00:35:21No porque odiara a Dios.
00:35:23Sino porque el silencio divino lo había matado por dentro.
00:35:27Se fue de ese pueblo como quien se aleja de un fantasma.
00:35:30Sin mirar atrás.
00:35:32Y cuando necesitó consuelo.
00:35:35Cuando pensó en un refugio.
00:35:37Lo único que le quedaba era Gabriela.
00:35:40Pero Gabriela ya no era igual.
00:35:43Había algo en su voz.
00:35:45Algo en su forma de hablar.
00:35:47Algo en su mirada que estaba cambiando.
00:35:50Luciano lo notó.
00:35:52Aunque no quiso admitirlo.
00:35:54Quizás eran las hormonas.
00:35:56El embarazo.
00:35:58El cansancio.
00:36:00O quizás, era el mismo.
00:36:02Que ya no era el mismo después de tantos adioses.
00:36:06Después del funeral de Facundo.
00:36:09Luciano volvió.
00:36:10Pero volvió vacío.
00:36:12Su mente aún estaba de viaje.
00:36:15Atada a los recuerdos.
00:36:17A los abrazos que ya no existían.
00:36:19A las palabras que no se volverían a decir.
00:36:23Luciano quería regresar.
00:36:25Quería volver a casa.
00:36:27Acompañar a Dolores.
00:36:29Cumplir con ese vacío familiar.
00:36:32Ser el hijo que ahora faltaba.
00:36:35Gabriela se negó.
00:36:37No, Luciano.
00:36:39No ahora.
00:36:40Fue firme.
00:36:42Clara.
00:36:43Y no cedió.
00:36:45Luciano se rehusaba a dejarla sola.
00:36:48El embarazo.
00:36:49Las emociones.
00:36:51La incertidumbre.
00:36:52Todo lo obligaba a quedarse.
00:36:55Intentó mil veces cambiar su decisión.
00:36:58Conversaciones largas.
00:37:00Súplicas.
00:37:02Lágrimas.
00:37:04Pero no hubo forma.
00:37:06Gabriela.
00:37:06Se cerró.
00:37:08Y Luciano lloraba en silencio.
00:37:10Lloraba todos los días.
00:37:13No siempre en voz alta.
00:37:15A veces con la mirada.
00:37:17A veces solo en el baño.
00:37:19A veces mientras fingía dormir.
00:37:22Y así fue el resto del embarazo.
00:37:24Una rutina de silencio.
00:37:27Lágrimas escondidas.
00:37:29Y un amor que comenzaba a quebrarse.
00:37:31En lo más profundo.
00:37:34Con el pasar de los meses.
00:37:36La idea de cambiar la decisión de Gabriela se volvió inútil.
00:37:40Y eso lo desgastó.
00:37:42Muchas cosas cambiaron.
00:37:44El tono de su voz.
00:37:46La manera en que se tocaban.
00:37:49Los silencios incómodos.
00:37:51Las respuestas breves.
00:37:53Y lo peor de todo.
00:37:55Luciano empezó a dudar del amor.
00:37:58¿Esto era el amor?
00:38:00¿Este frío?
00:38:01¿Esta distancia?
00:38:03Pero él seguía.
00:38:05A pesar de todo.
00:38:07Él seguía.
00:38:08Porque desde siempre.
00:38:10Luciano lo repetía como un mantre.
00:38:13Cuando yo sea padre.
00:38:14Mis hijos no van a pasar lo que yo pasé.
00:38:17Esa promesa lo ató.
00:38:19Como una soga invisible.
00:38:22Como una cadena disfrazada de deber.
00:38:24Esa fue la soga que lo ató a Gabriela.
00:38:27Más allá del amor.
00:38:29Más allá del deseo.
00:38:31Más allá de las dudas.
00:38:33Luciano no quería repetir la historia.
00:38:36Pero en el fondo.
00:38:38Aunque se negara a aceptarlo.
00:38:41Aunque hiciera silencio.
00:38:43Aunque se obligara a sonreír.
00:38:45El amor ya no estaba.
00:38:47O al menos no como antes.
00:38:50Solo quedaban.
00:38:52Los fragmentos de lo que fue.
00:38:54Y una responsabilidad que pesaba.
00:38:56Más que cualquier emoción.
00:38:59Aquel sábado amaneció con el cielo nublado.
00:39:01Como si el mundo entendiera la tempestad interna de Luciano.
00:39:05Habían pasado horas desde que Gabriela comenzó con las contracciones.
00:39:09La discusión de la noche anterior aún flotaba en el ambiente.
00:39:12Sin resolverse.
00:39:13Pero cuando Luciano la vio retorcerse de dolor en la madrugada.
00:39:16Algo se activó dentro de él.
00:39:18Dejó de lado todo orgullo.
00:39:20Toda frustración.
00:39:21Y simplemente fue el hombre que debía estar allí.
00:39:24En la clínica.
00:39:25El tiempo pareció desdibujarse.
00:39:28Luciano caminaba de un lado a otro del pasillo.
00:39:30Con el corazón apretado.
00:39:31Los nervios desgastándolo por dentro.
00:39:34No podía dejar de pensar en Facundo.
00:39:36En su abuela María.
00:39:37En Patricia.
00:39:38En todo lo que había perdido.
00:39:40Y sin embargo.
00:39:41Algo distinto se gestaba.
00:39:43Algo nuevo.
00:39:45Cuando finalmente escuchó el llanto de su pequeño.
00:39:47El alma se le estremeció.
00:39:50Lo llamaron.
00:39:52Entró al cuarto temblando.
00:39:54Allí.
00:39:54Entre luces blancas y el sudor del esfuerzo.
00:39:57Gabriela sostenía a un pequeño ser envuelto en mantas.
00:40:00Los ojos llorosos de ella buscaron los suyos.
00:40:03Y sin decir palabra.
00:40:04Se lo entregó.
00:40:05Luciano lo sostuvo con torpeza.
00:40:07Como si la vida misma le temiera a sus manos.
00:40:10Piero era diminuto.
00:40:12Indefenso.
00:40:12Y sin embargo cargaba con un peso sagrado.
00:40:14La promesa de que esta vez sería distinto.
00:40:17Tú si vas a tener un padre.
00:40:19Susurró con la voz quebrada.
00:40:21Lo abrazó contra su pecho.
00:40:22Y sintió un calor que hacía mucho no sentía.
00:40:26Por un instante.
00:40:27Fugaz y silencioso.
00:40:28Luciano se permitió creer que tal vez.
00:40:30Solo tal vez.
00:40:31Podía escribir una historia distinta a la que le fue escrita.
00:40:34Pasaron las horas.
00:40:36Gabriela dormía.
00:40:38Luciano permanecía sentado junto a ella.
00:40:41Sin despegar la vista de su hijo.
00:40:43No sabía cuánto iba a durar esa calma.
00:40:45Ni cómo sería su futuro.
00:40:47Pero en ese momento entendió que no todos los inicios tienen que ser nuevos.
00:40:51A veces bastan los renacimientos.
00:40:54Lo que no sabía es que el mayor desafío no era ser padre.
00:40:57El mayor desafío era ser hombre con heridas abiertas.
00:41:00Criar desde el dolor.
00:41:01Y seguir cada día con la promesa que alguna vez se hizo a sí mismo a los 15 años.
00:41:05Una promesa que aún no rondaba.
00:41:07Silenciosa.
00:41:08Esperando los 35.
00:41:09Después del nacimiento de Piero, por unos días todo pareció calmarse.
00:41:15Luciano se aferró a esa sensación tibia de tener un hijo.
00:41:18A ese minúsculo rayo de luz que parecía darle propósito.
00:41:21Pero pronto, como era costumbre en su vida, la realidad volvió a golpear con fuerza.
00:41:27Las discusiones regresaron, iguales o peores.
00:41:30El tema del viaje que Luciano tanto anhelaba para ver a su madre, Dolores, era motivo de tensión constante.
00:41:36Gabriela se rehusaba una y otra vez, alegando que el bebé estaba aún muy pequeño, que un viaje así no era seguro, que él debía pensar en ellos, en su nueva familia.
00:41:46Pero para Luciano, Dolores no era solo su madre.
00:41:50Era su raíz más débil, la última presencia viva que lo unía a una parte de su historia que aún necesitaba cerrar.
00:41:55Las llamadas comenzaron a llegar con frecuencia, tíos, hermanos, primos, todos diciendo lo mismo en distintas palabras, Dolores está enferma, los años ya le pesan, deberías venir.
00:42:07Y él lo sabía.
00:42:09Sabía que el reloj con ella ya no corría, sino que se agotaba.
00:42:13Una noche, mientras acunaba a Piero en sus brazos en la oscuridad del cuarto, el pensamiento cruzó su mente como un relámpago,
00:42:19¿y si me lo llevo conmigo?
00:42:21Solo él y su hijo.
00:42:23Una huida emocional disfrazada de acto de amor.
00:42:27Pensó que podía criarlo solo, que podía ser padre y cobijar al niño sin necesitar a nadie más.
00:42:33Por un instante, no pensó en Gabriela, en lo que sentiría, en lo que implicaría.
00:42:38Solo pensó en el dolor.
00:42:40En el dolor que le estaba creciendo como moho dentro del pecho desde que Facundo se fue.
00:42:44En el dolor anticipado de saber que Dolores, su madre, se estaba apagando y él no podía estar con ella.
00:42:51Luciano lloraba en silencio cada noche.
00:42:54No eran lágrimas simples, eran lágrimas que venían del fondo, de un pozo oscuro que parecía no tener fin.
00:43:01Dolía Facundo.
00:43:03Dolía Patricia.
00:43:05Dolía la abuela María.
00:43:07Y ahora dolía también la idea de perder a Dolores sin siquiera poder abrazarla una última vez.
00:43:12Piero dormía sobre su pecho.
00:43:15Y mientras lo miraba, Luciano se repetía una frase que, sin saberlo, lo perseguiría por años.
00:43:20No quiero que mi hijo crezca rodeado de los fantasmas que me habitan.
00:43:24Pero los fantasmas no se ahuyentan con promesas.
00:43:28Se quedan.
00:43:29Se cuelan en las decisiones, en los silencios, en las conversaciones frustradas con Gabriela.
00:43:35Luciano sabía que lo correcto era quedarse.
00:43:38Sabía que Piero lo necesitaba cerca.
00:43:41Pero cada vez que el teléfono sonaba, cada vez que alguien mencionaba a Dolores, su alma se dividía un poco más.
00:43:47Y ese dilema, ese tironeo constante entre ser hijo y ser padre, entre huir y quedarse, entre pasado y futuro, fue lo que lentamente lo quebró.
00:43:55Entre tantas discusiones, entre tantos días cargados de tensiones que ya no se resolvían con silencios, llegó ese momento donde la herida habló más fuerte que la razón.
00:44:04Luciano, con los ojos nublados por la frustración y el miedo, dijo algo que no debía haber dicho.
00:44:10Te voy a quitar al bebé y me lo voy a llevar.
00:44:14Fueron palabras lanzadas al vacío, pero que no se perdieron.
00:44:18Rebotaron en Gabriela como un cuchillo.
00:44:21Ella se puso a llorar desconsoladamente.
00:44:24Gritó, se encerró en la habitación, y Luciano se fue.
00:44:28Cerró la puerta sin mirar atrás.
00:44:29Al día siguiente, como si nada, fue al trabajo.
00:44:34Y como siempre, nadie sabía nada.
00:44:37Nadie veía lo que él llevaba dentro.
00:44:40Él mismo se repetía, nadie tiene por qué saberlo.
00:44:43Esto es mío.
00:44:45Su rostro seguía siendo el mismo.
00:44:48Su voz, su trato.
00:44:50Pero por dentro, el caos lo iba devorando.
00:44:54Cuando regresó a casa esa noche, lo primero que notó fue el silencio.
00:44:57El tipo de silencio que avisa que algo se ha ido para no volver pronto.
00:45:02Llamó, buscó, miró en cada habitación.
00:45:06No estaban.
00:45:07Ni Gabriela, ni Piero.
00:45:10Luciano se desplomó.
00:45:12De nuevo, se sentó en esa misma cama.
00:45:15La misma en la que lloró cuando Facundo falleció.
00:45:18La misma en la que entendió que el dolor, a veces, no hace ruido.
00:45:22Miró hacia la pared, hacia ese punto vacío que no ofrece respuestas, y simplemente lloró.
00:45:28Lloró con un cansancio que venía de años.
00:45:31Lloró hasta quedarse dormido.
00:45:34Una semana pasó.
00:45:36Una semana sin un solo mensaje.
00:45:38Sin una sola explicación.
00:45:41Sin Piero.
00:45:42No llamó.
00:45:44No fue por orgullo.
00:45:45Fue porque no tenía fuerzas.
00:45:48Hasta que una tarde, sin pensarlo demasiado, marcó el número de Gabriela.
00:45:53No pidió explicaciones.
00:45:55No reclamó.
00:45:57Solo preguntó.
00:45:59¿Dónde está mi hijo?
00:46:01Gabriela, seca, sin emoción, le dio una dirección.
00:46:05Luciano fue.
00:46:07Y por unos minutos, volvió a sentir que respiraba.
00:46:11Cargó a Piero.
00:46:12Lo miró a los ojos.
00:46:15Lo abrazó.
00:46:16No dijo nada.
00:46:18Tampoco lloró.
00:46:20Solo lo sostuvo como si ese momento pudiera detener el tiempo.
00:46:24Luego se lo devolvió.
00:46:26Gabriela no dijo nada.
00:46:28Luciano tampoco.
00:46:30Y se fue.
00:46:32Días después, Gabriela regresó a casa.
00:46:34Como si nada hubiese pasado.
00:46:37Con la misma maleta, con el mismo bebé, con la misma voz.
00:46:41Pero no con el mismo corazón.
00:46:44Luciano la miró.
00:46:46Había algo distinto en ella.
00:46:48Una distancia invisible, una resignación silenciosa.
00:46:52Pero lo más importante fue lo que Luciano sintió.
00:46:55Nada.
00:46:57El amor que alguna vez encendió fuegos internos, ahora era solo un brasero apagado.
00:47:02Ya no ardía.
00:47:03Ya no latía.
00:47:06Solo estaba ahí, como un recuerdo que aún no se borra, pero que ya no se siente.
00:47:11Luciano lo entendió en ese momento.
00:47:14El amor que no se cuida, muere.
00:47:17Y a veces, muere sin hacer escándalo.
00:47:20Pasado el tiempo, como una especie de eco persistente, Luciano volvió a mencionar el tema del viaje.
00:47:26Ya no con la intensidad de antes, sino con una voz resignada, casi como quien habla solo por inercia.
00:47:31Gabriela, como tantas otras veces, evitó el tema.
00:47:36Y Luciano, como en tantas otras ocasiones, dejó de insistir.
00:47:40Hasta que, un domingo cualquiera, como una repetición del destino, llegó la llamada.
00:47:45La misma voz quebrada al otro lado de la línea.
00:47:49El mismo silencio antes de decirlo.
00:47:52La misma palabra que siempre duele.
00:47:55Mamá falleció.
00:47:56Luciano no dijo nada al principio.
00:47:59Solo apretó el teléfono.
00:48:02Solo respiró hondo.
00:48:03Y luego, como si se rompiera por dentro, volvió a llorar.
00:48:08Lloró como un niño perdido.
00:48:10Esta vez, Gabriela estuvo cerca.
00:48:13Lo abrazó.
00:48:15Lo acarició.
00:48:16Pero Luciano no sintió consuelo.
00:48:19No lo llamó consuelo.
00:48:21Lo llamó hipocresía.
00:48:23Se apartó.
00:48:25Se levantó.
00:48:27Fue directo a preparar el viaje.
00:48:29Te acompaño, dijo Gabriela.
00:48:32Luciano la miró con un odio crudo, de ese que no se explica fácilmente, pero que se siente como fuego detrás de los ojos.
00:48:39Inicialmente se negó.
00:48:41Inicialmente quiso encerrarse en sí mismo, desaparecer, incluso cometer errores que solo comete quien ya no puede con la culpa.
00:48:48Pero otra llamada cambió todo.
00:48:51Trata de venir con ella.
00:48:53Te va a hacer bien estar acompañado.
00:48:56Y fue.
00:48:57Con ella.
00:48:58Con su silencio.
00:49:00Con su rabia.
00:49:02El viaje fue lo más silencioso que se pueda imaginar.
00:49:06Ni una palabra.
00:49:08Solo el sonido del motor.
00:49:10Y las lágrimas de Luciano, una vez más.
00:49:13Llegaron.
00:49:14El ataúd.
00:49:16El frío.
00:49:18La misma sensación de vacío.
00:49:20El rencor de no haber estado ahí.
00:49:23La culpa de haber dejado que el tiempo jugara en su contra.
00:49:27Luciano no lloró frente a todos.
00:49:30Lloró en un rincón.
00:49:32Solo.
00:49:33Y esta vez, al mirar a Gabriela, supo con certeza lo que venía sospechando hacía mucho.
00:49:38El amor por ella ya no existía.
00:49:40No quedaba nada.
00:49:43Esta vez sí se quedó los siete días.
00:49:46No hubo excusas.
00:49:48No hubo urgencia de trabajo.
00:49:51No hubo ganas de volver.
00:49:53Se quedó.
00:49:54Vacío.
00:49:56Presente.
00:49:56Y en esa presencia comprendió algo.
00:50:00Dolores, su madre, merecía descansar.
00:50:04Había sufrido.
00:50:05La vida fue cruel con ella.
00:50:08Le arrebató un hijo.
00:50:10La debilitó lentamente.
00:50:12Y, sin embargo, ella nunca dejó de dar amor.
00:50:16Sí, merecía descansar.
00:50:18Pero el peso en el pecho de Luciano no se iba.
00:50:22No era solo el duelo.
00:50:24Era la culpa.
00:50:26La culpa de no haber estado.
00:50:28La culpa de haber fallado.
00:50:30Y muchas noches, esa culpa se convirtió en reproche.
00:50:34Si hubiéramos hecho ese viaje.
00:50:37Si hubieras aceptado ese viaje.
00:50:40Nada de esto habría pasado.
00:50:42No estaríamos en esta conversación absurda.
00:50:45Simplemente hubiera aceptado la muerte de mi madre como parte de la vida.
00:50:49Pero te negaste.
00:50:51Y eso es algo que no te voy a perdonar.
00:50:54Luciano lo dijo una noche.
00:50:56Lo dijo de pie, frente a ella, sin levantar la voz, pero con la dureza de alguien que ya no puede callar.
00:51:03Gabriela lo escuchó.
00:51:05Y no respondió.
00:51:07Porque en el fondo, ambos sabían que el silencio de esa noche había dicho más que cualquier grito.
00:51:13Después de esas noches de discusiones que, con el tiempo, se volvieron cada vez más esporádicas,
00:51:18porque ya no tenía sentido gritarlas, ni siquiera decirlas, el océano interior de Luciano se congeló.
00:51:24Se volvió un mar frío, distante, pero en lo profundo, seguía llorando.
00:51:29Lloraba en silencio.
00:51:31Lloraba cada noche.
00:51:33Lloraba sin que nadie lo abrazara.
00:51:36Y lloraba tanto que incluso sus compañeros de trabajo comenzaron a notarlo.
00:51:41Oye, ¿todo bien?
00:51:43Todos los días vienes con los ojos rojos.
00:51:46Luciano solo sonreía.
00:51:48Esa sonrisa educada que uno pone cuando no tiene más energía para inventar excusas.
00:51:53Hasta que una compañera, una amiga, se atrevió a ir más allá.
00:51:58Tuvo la confianza, la calidez y la intuición de quien no solo ve, sino que escucha con el alma.
00:52:04Y Luciano, aunque al inicio lo negó todo, finalmente se quebró.
00:52:07Habló.
00:52:09Y por segunda vez en su vida, escuchó lo mismo.
00:52:13Busca ayuda, por favor.
00:52:15Y esta vez, lo hizo.
00:52:18Psicología.
00:52:18Sesiones por las tardes.
00:52:22Una rutina nueva.
00:52:24Una esperanza leve.
00:52:26Y una palabra que ya se venía asomando como una sombra, depresión.
00:52:30El psicólogo, como buen profesional, fue abriendo lentamente las compuertas del alma de Luciano.
00:52:36Luciano no lo notó al principio, pero un día, sin saber cómo, empezó a hablar más.
00:52:41A dejar que el dolor tomara forma en palabras.
00:52:45Aceptó el tratamiento.
00:52:47Aceptó los fármacos.
00:52:49Porque aunque no creía mucho en nada, algo de alivio le traían.
00:52:53Un poco de silencio en la mente.
00:52:56Un poco de paz, aunque artificial.
00:52:58Gabriela nunca supo de nada.
00:53:01¿Para qué decírselo?
00:53:03Si nunca le importó lo que dolía, ¿por qué tendría que saber lo que sanaba?
00:53:08No tenía ningún sentido.
00:53:10Durante ese proceso, Luciano cambió.
00:53:13No necesariamente para mejor.
00:53:16Cambió como cambian los que se rompen, con grietas, con formas nuevas, con vacíos que no se llenan con amor, sino con distracciones.
00:53:23Y entonces, ocurrió.
00:53:26La primera vez.
00:53:27Una compañera de trabajo.
00:53:30No recuerda ni su nombre.
00:53:32Solo recuerda que ella coqueteaba desde hacía tiempo.
00:53:36Y él, como quien se aferra a sus principios, se negaba al inicio.
00:53:40Hasta que un día simplemente se dejó llevar.
00:53:42La primera infidelidad.
00:53:43La primera infidelidad.
00:53:45No sería la última.
00:53:48Una, dos, tres, cuatro.
00:53:51Historias cortas, fugaces, sin nombres.
00:53:54Y, sorprendentemente, sin culpa.
00:53:56Porque no sentía amor.
00:53:58No sentía absolutamente nada por Gabriela.
00:54:02Ella era, simplemente, alguien más en casa.
00:54:05Una presencia.
00:54:06Una presencia.
00:54:07Una voz.
00:54:08Una voz.
00:54:09Un silencio incómodo.
00:54:11Luciano no amaba.
00:54:13Pero amaba a Piero.
00:54:16Y por él regresaba a casa cada día.
00:54:19Por él ponía una sonrisa.
00:54:21Por él intentaba dormir en la misma cama con la madre de su hijo.
00:54:25Por él fingía.
00:54:27Al menos soy un buen padre, se decía.
00:54:30Puedo ser el peor marido, pero con ser un buen padre es más que suficiente.
00:54:35Y en esa frase se refugiaba.
00:54:37Como un náufrago se aferra a un pedazo de madera.
00:54:41Los días continuaron, y con ellos también las grietas.
00:54:44Ya no eran silencios incómodos, eran muros.
00:54:48Ya no eran diferencias, eran abismos.
00:54:51Gabriela, que no era ingenua, lo notaba.
00:54:55Notaba el modo en que Luciano evitaba su mirada, la forma ausente en que respondía a sus preguntas, y ese olor.
00:55:01Ese olor a perfume que no era el suyo.
00:55:04Ese olor de otras pieles en la ropa de quien duerme en tu cama.
00:55:08Intentó remediarlo.
00:55:10Le habló con suavidad algunas noches.
00:55:13Le dejó notas.
00:55:15Le cocinó platos favoritos.
00:55:16Quiso aferrarse, quiso rescatar lo poco que quedaba.
00:55:21Pero Luciano ya no estaba ahí.
00:55:24No en alma.
00:55:26No en amor.
00:55:27No en nada.
00:55:29Las infidelidades no paraban.
00:55:32Semana tras semana.
00:55:34Mujer tras mujer.
00:55:36Cuerpo tras cuerpo.
00:55:37Luciano buscaba fondo, pero no lo había.
00:55:41El vacío era inmenso.
00:55:43Y cada vez que creía tocar el suelo, el suelo se abría aún más.
00:55:47Hasta que ocurrió.
00:55:49Una tarde cualquiera, Gabriela tomó el teléfono de Luciano, como otras veces.
00:55:55Y lo leyó.
00:55:56Nos vemos en la tarde.
00:55:58Ya sabes dónde.
00:56:00Tengo muchas ganas de ti.
00:56:03Fue un golpe.
00:56:04Uno seco, certero, brutal.
00:56:07No por el mensaje, sino por la confirmación.
00:56:11Entre lágrimas, lo enfrentó.
00:56:13Luciano no puso resistencia.
00:56:16No lo negó.
00:56:17No mintió.
00:56:19Solo dijo.
00:56:21Sí.
00:56:22Es cierto.
00:56:24Todo lo que ves ahí es cierto.
00:56:25No te voy a negar nada.
00:56:29Acepto mi culpa.
00:56:31Acepto las consecuencias.
00:56:33Si deseas, déjame.
00:56:35Yo aceptaré todo.
00:56:37Gabriela lloró.
00:56:39Lloró como cuando se quiebra algo que creíste eterno.
00:56:43Lloró desde lo más profundo.
00:56:45¿Por qué?
00:56:46Le preguntó, rota.
00:56:49Luciano la miró con una frialdad que no parecía suya.
00:56:52Sus ojos eran de otro hombre.
00:56:54De alguien al que ya habían matado por dentro.
00:56:58Porque sí.
00:56:59Nada más.
00:57:01Gabriela no lo reconocía.
00:57:04Ese no era el hombre con quien había formado una familia.
00:57:07Ese no era el padre de su hijo.
00:57:10Ese no era el Luciano que un día la amó.
00:57:13Y entonces, preguntó lo que se debió haber preguntado desde hacía mucho.
00:57:17¿Tú, tú me amas?
00:57:19Luciano no dudó.
00:57:21No.
00:57:23Gabriela se desplomó.
00:57:25El alma le dolió más que el cuerpo.
00:57:27Como si la estuvieran desgarrando desde adentro.
00:57:31Desde cuando no me amas.
00:57:33Luciano la miró.
00:57:35Y su cara no tenía expresión.
00:57:37Pero su voz era una daga.
00:57:40No lo sé, solo pasó, aunque era algo que iba a pasar, por todo lo que hemos vivido.
00:57:45Después de esas discusiones, de tanto insistir, de tanto dolor contenido y de verdades que por fin se dijeron sin rabia pero con peso, Gabriela entró en razón.
00:57:53Escuchó.
00:57:54Escuchó.
00:57:55Por primera vez, escuchó todo lo que Luciano había estado gritando en silencio.
00:58:01Hablaron.
00:58:02Hablaron de lo que significó para él la muerte de Facundo.
00:58:05De como le pidió con lágrimas en los ojos que lo acompañara.
00:58:09De como cada negativa fue como enterrar a su familia dos veces.
00:58:14Luciano le confesó que desde ese momento, muchas cosas murieron dentro de él.
00:58:18Que algo se quebró.
00:58:20Y que, aunque siguiera respirando, ya no estaba completo.
00:58:25Gabriela se quedó en silencio.
00:58:27Quizás entendió.
00:58:29Quizás no.
00:58:31Pero no se fue.
00:58:33Siguió con Luciano.
00:58:34Pero Luciano no cambió.
00:58:37No porque no pudiera, sino porque ya no quería.
00:58:40Las infidelidades continuaron, aunque más cuidadosas, más escondidas.
00:58:45Hasta que un día, simplemente dejó de serlo.
00:58:48Como si se hubiera resignado a que el vacío dentro de él era permanente.
00:58:53Volvía a casa.
00:58:55Pasaba los fines de semana.
00:58:57Jugaba con Piero, le preparaba desayuno, lo abrazaba, lo acompañaba a dormir.
00:59:02Era un buen padre.
00:59:04O al menos, eso se repetía constantemente.
00:59:07Y Gabriela intentaba.
00:59:10Intentaba reconstruir.
00:59:12Le hablaba, le sonreía, le preparaba cenas.
00:59:16Un día, en su cumpleaños, le dio una sorpresa.
00:59:19Luciano no estaba acostumbrado a eso.
00:59:23Nunca nadie había hecho algo así por él.
00:59:26Sonrió, sí.
00:59:28Le dijo gracias.
00:59:29Pero por dentro, no sintió nada.
00:59:32Seguía siendo un cuerpo con mente vacía.
00:59:36Seguía siendo un hombre lleno de heridas sin cerrar.
00:59:39Y así pasaron los años.
00:59:40A veces lloraba a escondidas.
00:59:44A veces en la ducha, sin sonido, dejando que el agua se llevara el peso.
00:59:49A veces solo, sentado, se imaginaba otra vida.
00:59:53La vida con Patricia.
00:59:55¿Cómo hubieran sido sus hijos?
00:59:57¿A qué hubieran jugado?
00:59:59¿A quién se parecerían?
01:00:01Él solía imaginar.
01:00:04Hubieran salido inteligentes como la madre, y un poco tercos como yo.
01:00:08Y sonreía solo.
01:00:10Una sonrisa fugaz, como el reflejo de una vida que nunca fue.
01:00:15También soñaba con Facundo.
01:00:17Con sus bromas, con sus abrazos.
01:00:19Con sus silencios que hablaban más que las palabras.
01:00:23Y con dolores.
01:00:25Con sus manos arrugadas, con su voz dulce.
01:00:28Con ese último adiós que nunca pudo darle.
01:00:31La vida continuaba.
01:00:33Piero crecía.
01:00:35La rutina seguía su curso.
01:00:37El mundo no se detenía.
01:00:40Pero el dolor que Luciano llevaba dentro no cenaba.
01:00:43No dormía.
01:00:44No se iba.
01:00:46Era como un huésped que ya se había mudado para siempre a su pecho.
01:00:50Y con él, Luciano aprendió a vivir.
01:00:53A medias.
01:00:55Eran las 9 de la mañana.
01:00:58Un 12 de octubre.
01:01:00Luciano despertó lentamente.
01:01:03Era su cumpleaños.
01:01:0535 años.
01:01:07Y como un susurro inevitable, como un eco persistente desde su adolescencia, volvió a él aquella promesa que se hizo a los 15.
01:01:15A los 35, todo termina.
01:01:19Había cambiado.
01:01:21Tenía una familia.
01:01:23Tenía un hijo.
01:01:24Pero los fantasmas, los fantasmas no cambian.
01:01:29Solo aprenden a esconderse mejor.
01:01:31Cinco noches habían pasado desde que compró el arma.
01:01:36Sabía exactamente dónde la había escondido.
01:01:39Esa mañana, la buscó.
01:01:42La sostuvo entre sus manos.
01:01:43Se quedó mirando el revólver, como quien observa su reflejo en algo que no perdona.
01:01:49¿Vale la pena?
01:01:51Se preguntó en voz baja.
01:01:54Justo entonces, la puerta sonó.
01:01:57Era Gabriela.
01:01:59No tuvo tiempo de esconder el arma.
01:02:01Solo la dejó sobre la cama, y fue a abrir.
01:02:06Feliz cumpleaños, dijo ella, suavemente.
01:02:10Tu hijo te quiere saludar.
01:02:11Luciano asintió, todavía con la mente lejos.
01:02:16La sala tenía una torta.
01:02:19Pequeña, sencilla, con las letras torcidas.
01:02:23Pero era su primera.
01:02:25La primera torta de cumpleaños en toda su vida.
01:02:29Su mirada se volvió tímida, húmeda.
01:02:32Gabriela intentó romper el silencio con una sonrisa.
01:02:36Vamos a encender las velas.
01:02:39No hay fósforos, dijo Piero.
01:02:42En el cuarto de papá hay.
01:02:45Ve por ellos, le dijo Gabriela.
01:02:48Luciano se congeló.
01:02:50Sus pensamientos chocaron como relámpagos.
01:02:54No.
01:02:55El arma.
01:02:57Corrió.
01:02:58Corrió con el corazón atravesado por mil imágenes y una sola palabra repitiéndose.
01:03:03No, no, no.
01:03:04Pero antes de llegar al cuarto, el disparo.
01:03:09El sonido seco, final.
01:03:12Luciano empujó la puerta.
01:03:14Y en efecto, ese día, a los 35 años, su vida terminó.