En el torbellino informativo de la política española, pocas figuras resultan tan activas —y polémicas— como Ana Pardo de Vera. La periodista gallega, actual directora corporativa de Público, es conocida tanto por sus intervenciones en tertulias como por su férrea postura crítica hacia la derecha y, en particular, hacia el Partido Popular.
El último episodio que la ha situado en el centro del debate ha sido su reacción al llamado 'caso Montoro', una investigación que salpica al exministro de Hacienda Cristóbal Montoro por supuestas prácticas corruptas relacionadas con la adjudicación de contratos públicos a empresas gasistas mediante reformas legislativas presuntamente interesadas.
Mientras buena parte de la izquierda mediática aprovecha para cargar contra el PP por este caso, las miradas también se dirigen a los silencios selectivos en torno a otros escándalos.
En este sentido, resulta llamativo el contraste entre la vehemencia con la que Ana Pardo de Vera exige responsabilidades a Montoro y su partido, y el mutismo o las respuestas evasivas cuando se le pregunta por la situación judicial de su propia hermana, Isabel Pardo de Vera, expresidenta de ADIF e imputada por presunta corrupción dentro del conocido como 'caso Koldo'.