Mira que es difícil tener fama de toros veloces en Pamplona, con toda la competencia que hay, pero los de La Palmosilla se han hecho con esa etiqueta en apenas cinco participaciones. Parece la receta de la organización de los sanfermines para contra la masificación dominguera: la rapidez.
Y así se han comportado. Pero también es cierto que Rafael El Gallo, al que atribuyen mil anécdotas y sentencias, dijo que a él no le daban miedo las balas, sino la velocidad que llevaban. Y los toros de La Palmosilla han sido balas en este séptimo encierro de San Fermín.