Una emergencia por inundaciones repentinas mantiene en vilo a la localidad montañosa de Ruidoso, en el sur-centro de Nuevo México, tras el desbordamiento del río Rio Ruidoso el pasado 8 de julio. El agua arrastró viviendas, vehículos y propiedades, dejó a decenas de personas atrapadas y separó a familias enteras que aún intentan reencontrarse.
Las lluvias intensas, impulsadas por tormentas lentas sobre zonas afectadas por incendios forestales del año pasado, provocaron un aumento repentino del caudal del río. El Servicio Nacional de Meteorología advirtió que el afluente alcanzó una cresta histórica de 20.24 pies, superando ampliamente los registros anteriores.