El brutal asesinato de Bruno, un sabueso de 7 años que trabajaba como perro rastreador para la policía italiana, ha generado una ola de indignación en Italia y ha motivado la apertura de una investigación criminal en Tarento.
El cuerpo sin vida de Bruno fue hallado el viernes por la mañana en su cobertizo en el sur de Tarento. Su entrenador, Arcangelo Caressa, denunció que el perro fue envenenado con comida para perros que contenía clavos.
Caressa declaró que sospecha que el verdadero objetivo era él mismo, debido a su implicación en el rescate de perros utilizados en peleas ilegales.