Saltar al reproductorSaltar al contenido principalSaltar al pie de página
  • 9/6/2025
En el segundo año de gobierno del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador podríamos estar en la antesala de una nueva “ventana de sangre”.

Categoría

🗞
Noticias
Transcripción
00:00Arturo N., el presunto asesino del notario público Luis Miranda Cardoso, no se suicidó
00:19en su celda como originalmente se dijo. El inculpado de quitarle la vida al padre de
00:24quien fuera secretario de desarrollo social y amigo íntimo de Enrique Peña Nieto, fue
00:29ultimado a golpes. La autopsia reveló que no murió colgado en el penal de Santiago, sino
00:35por traumatismos cráneo-encefálicos. Lo mataron, tal como lo pronosticamos aquí tres días
00:41antes, el 19 de agosto en el video, un Epstein mexicano. El acusado sabía demasiado, advertimos,
00:49era más valioso su silencio que su vida, y bajo la nueva realidad del asesinato, el hecho
00:55obliga a una profunda reflexión. Cuando en cualquier sociedad se confrontan los poderosos
01:00clanes políticos o financieros, buscando perpetuarse o arrebatar el poder, se abre lo que se conoce
01:07como una ventana de sangre. En México, la última ventana de sangre la vivimos entre mayo de 1993
01:15y septiembre de 1994, al finalizar el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Esa ventana de sangre
01:23coincidió con la renuncia de Fernando Gutiérrez Barrios a la Secretaría de Gobernación. El 4 de
01:30enero de 1993, Gutiérrez Barrios era el embajador de los intereses de un poderoso grupo político,
01:37el de Luis Echeverría, históricamente antagónico a los Salinas. Carlos Salinas lo sentó en Bucareli,
01:43buscando congraciarse con el clan del poderoso expresidente, y el mismo Salinas cesó a Gutiérrez
01:49Barrios al arrancar 1993, el año de la sucesión presidencial. La confrontación Salinas-Echeverría
01:58abrió la ventana de sangre el 24 de mayo de 1993, con el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas
02:06Ocampo. Buscaban romper la alianza entre el gobierno de Salinas con el Vaticano, apenas reconocido.
02:12El destape de Luis Donaldo Colosio el 28 de noviembre de 1993 desencadenó la ira del mismo
02:19grupo Echeverría, que estalló la revuelta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en la
02:25madrugada del Año Nuevo de 1994. El estallido se dio precisamente el día en que se inauguraba el
02:32Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, el Acuerdo Comercial Insignia del
02:37Neoliberalismo y la Globalización del Salinismo. La cúspide de esa ventana de sangre se dio el 23
02:44de marzo de 1994 en Tijuana, con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el candidato presidencial
02:52del PRI apadrinado por Salinas. Lo asesinó la misma nomenclatura PRIista. Así lo definió en su
02:59momento Carlos Salinas, que buscaba devolver la presidencia a un político en un intento por romper
03:05la tecnocracia perpetuada en los sexenios de José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos
03:11Salinas. Y el cierre de aquella ventana de sangre se dio cuatro meses después, cuando el 28 de septiembre
03:18fue asesinado José Francisco Ruiz Maciu, cuñado de Carlos Salinas y quien se perfilaba para ser el
03:25secretario de gobernación en el gobierno de Ernesto Zedillo. El poder tras el trono. Otro mensaje a Salinas,
03:32exigiéndole renunciar a perpetuarse transeccionalmente. Lo demás es historia. Bajo la bandera de combatir la
03:40corrupción, Zedillo se deslindó del clan Salinas y envió a prisión a Raúl Salinas de Gortari,
03:46el llamado hermano incómodo, y el expresidente fue obligado al exilio. Viene todo esto cuento porque
03:53en el segundo año del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, podríamos estar en
03:58la antesala de una nueva ventana de sangre. Las confrontaciones políticas entre el gobierno
04:04de la Cuarta Transformación y el llamado PRIAN podrían gestar las condiciones para una colisión
04:10de poderes fácticos del pasado y del presente, que en un duelo de sobrevivencia acaben por dirimir
04:16sus diferencias abriendo una ventana de sangre. Los ánimos políticos exacerbados con los casos de
04:22Alonso Ancira, Rosario Robles, Juan Collado, Carlos Romero de Shams, Odebrecht, Emilio Lozoya y Pemex,
04:30con todas sus secuelas, sobrecalentaron ya las tensiones del ambiente político. El sistema político
04:36está instalado en la ruptura. Un primer sospechoso caso se dio el pasado 22 de mayo con el asesinato
04:43de Alfonso Isaac Gamboa Lozano, quien fuera el titular de la Unidad de Política y Control Presupuestal
04:49de la Secretaría de Hacienda en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Gamboa Lozano fue el
04:55colaborador del entonces secretario de Hacienda Luis Videgaray y fue involucrado en el 2018 en
05:01el desvío de recursos de gobierno de Chihuahua a las campañas del PRI. Sí, el mismo Videgaray que
05:07hoy es señalado en el expediente Lozoya como número 2. Gamboa Lozano fue el exfuncionario que
05:14redactó los convenios para que el entonces gobernador César Duarte entregara en enero del
05:192016 unos 250 millones de pesos para apuntalar las campañas del PRI. El segundo asesinato
05:27sospechoso es el de Luis Miranda Cardoso, el padre de Luis Miranda Nava, poderoso miembro del grupo que
05:33venía acompañando desde el Estado de México a Enrique Peña Nieto. Y dentro de ese mismo asesinato
05:39sospechoso, la confirmación de que uno de sus presuntos asesinos, Arturo N., fue asesinado a
05:46golpes en su celda del penal del Estado de México un día después de su captura. Un muy oportuno
05:53suicidio, que ya se confirmó que no lo fue, lo callaron. Sea como fuere, estos tres asesinatos
06:00presentados como presunto crimen pasional o el otro como robo de casa habitación, con el
06:06asesinato de ladrón silencian a personajes clave. Parafraseando a Mario Ruiz Maciu, el hermano del
06:12asesinado José Francisco, los demonios andan sueltos. Curiosamente quien acuñó esa icónica
06:19frase fue encontrado sin vida, suicidado por una dosis de antidepresivos. ¿Quién impedirá que se abra
06:26de nuevo la ventana?

Recomendada