Sofía tiene cuatro años, rizos oscuros y una mochila negra a la espalda. Ahí lleva la alimentación intravenosa de la que depende a diario, a causa de su síndrome del intestino corto, una condición que le impide absorber los nutrientes y la diferencia del resto de los niños. En 2023, a través de una cita del CBP One, su familia cruzó de Tijuana a San Diego (Estados Unidos). Se establecieron de forma legal, con asilo humanitario, en California, donde Sofía recibió el tratamiento que necesitaba y pudo salir del hospital. La familia ha recibido un aviso de deportación. La consecuencia de esto, han avisado los doctores, puede ser la vida de la niña.