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00:00Hace unos días el aeropuerto de Gran Canaria fue escenario de un suceso tan
00:08trágico como complejo. Abduliba, un joven gambiano de 19 años, murió tras recibir
00:14cinco disparos de la Policía Nacional. Sufría un brote de esquizofrenia,
00:17portaba un cuchillo de grandes dimensiones y antes había atacado a un
00:20taxista y después a los agentes que intentaban frenarlo. Pero su historia no
00:24comienza ahí, comienza mucho antes, cuando llegó solo a nuestras costas en
00:28patera, siendo aún menor de edad, cuando fue acogido por el sistema de protección,
00:33cuando dejó atrás a su familia, su país, su infancia y empezó aquí en Europa una
00:38vida marcada por la incertidumbre. Como él, miles de niños y niñas migran cada año y
00:43terminan ocultos tras un término frío, menas, como si fuera un colectivo homogéneo,
00:48como si dejaran de ser personas. Lo ocurrido que aún Abdulí pone sobre la mesa una
00:52verdad incómoda, el sistema de seguimiento a los jóvenes tutelados cuando cumplen 18
00:56años, no funciona como debería. Abdulí necesitaba ayuda, ayuda por problemas de
01:01salud mental, no la tuvo y esa ausencia acabó siendo fatal. También es importante
01:05recordar que los agentes, ahora en el centro de la polémica, evitaron una
01:09tragedia mucho mayor, respondieron a una agresión con riesgo real. Pero si hubieran
01:13contado con una pistola Taser, quizás Abdulí estaría vivo, quizás estaría
01:17recibiendo la atención que necesitaba y sobre todo ellos nos cargarían hoy con la
01:21muerte de un joven y con las sospechas que empañan su trabajo. Esto no es solo un
01:26caso de inmigración, ni un solo caso de salud mental, ni un caso policial. Es el
01:30reflejo de un sistema que falla cuando deja solo a los más frágiles. Abdulábar no
01:35era un número, era un joven con una historia, con heridas, con derecho a ser
01:38ayudado y ahora ya no está. La pregunta es qué vamos a hacer para que no vuelva a pasar.
01:51Gracias por ver el video.