El legado del padre Roberto en Perú emociona a Chiclayo
El padre Roberto, conocido por su cercanía y dedicación, dejó una huella imborrable en Chiclayo, Perú. Su labor pastoral y compromiso con la comunidad son recordados con emoción.
El padre Roberto, un misionero estadounidense que dedicó más de 18 años de su vida a servir en Perú, es recordado con gran emoción por la comunidad de Chiclayo. Llegó al país en 1985 sin dominar el español, pero rápidamente se integró y se comprometió con su labor pastoral. Conocido como el padre Prevoz o simplemente el padre Roberto, fue adoptado como un hijo propio por los chiclayanos.
Chiclayo, una ciudad costera al norte de Lima en el departamento de Lambayeque, es una zona marcada por la pobreza. Sin embargo, esto no detuvo al padre Roberto quien no solo trabajó en la ciudad sino que también se adentró en las zonas rurales para construir templos y dar clases. Su cercanía con la gente era tal que muchos tenían su número personal de WhatsApp.
La comunidad peruana recuerda sus esfuerzos durante tiempos difíciles como el terrorismo de los noventa y las pandemias. Este fin de semana se celebrarán misas de agradecimiento tanto en Lima como en Chiclayo y culminarán con una bendición especial desde el Vaticano. La figura del padre Roberto ha dejado una marca indeleble que sigue emocionando a quienes lo conocieron.