En un giro inesperado digno de un thriller, Pichirilo se siente abandonado por Jessica Sirio tras su detención. La historia se desarrolla en el penal de CESA, donde se confirma que no hay registro de visitas por parte de Sirio. A pesar de algunos contactos telefónicos iniciales, la relación parece haberse enfriado. Las condiciones del penal son duras, con celdas húmedas y pequeñas, lo que añade una capa más al drama humano que viven los internos. Este caso pone en evidencia las difíciles condiciones carcelarias y las complejas relaciones personales que se desarrollan en estos contextos.