Como no hay que confundir deseos con realidades, no voy a decirles que tenemos elecciones generales a la vuelta de la esquina.
En cualquier democracia decente, con un Gobierno tan enmerdado como este, hace ya muchos meses que la ciudadanía habría sido convocada a las urnas.
Como explica Antonio Caño, que fue director de El País y conoce el paño, Sánchez no es el presidente del Gobierno de España. Está de presidente, que es muy distinto.
No puede salir a la calle, ni aprobar leyes, ni tomar iniciativas.