Miles de personas se congregaron en el Vaticano para despedir al Papa Francisco, extendiendo el horario de visita debido a la gran afluencia. La multitud, compuesta por fieles de todo el mundo, generó un ambiente similar al de un concierto masivo. A pesar del caos inicial, la seguridad fue efectiva y no se reportaron incidentes. La comitiva argentina liderada por Javier Milei generó polémica por su tamaño y costo, contrastando con las enseñanzas de austeridad del Papa.