La enemistad entre Francia y Emiliano “Dibu” Martínez nació en diciembre de 2022, durante la final del Mundial.
El arquero argentino fue clave en la tanda de penales, pero también desató la polémica con sus gestos y frases.
Celebró de forma provocadora, dedicó palabras a Tchouaméni y, semanas después, en su homenaje en Mar del Plata, lo volvió a señalar entre risas.
Exjugadores franceses, como Adil Rami, lo calificaron como “el hombre más odiado del fútbol”. Incluso políticos en Francia pidieron sanciones por considerar que violaba el fair play.
La tensión no terminó ahí.
En 2024, ante Lille en Conference League, volvió a bailar tras atajar penales, generando indignación. Y en 2025, frente al PSG en Champions, llegó con una gorra alusiva a los títulos de Argentina y fue recibido con silbidos.
Un error suyo permitió un gol del PSG, y pese a grandes atajadas, la prensa francesa fue implacable.
Cada gesto del Dibu es visto como una provocación. Cada error, celebrado como una revancha. Su figura divide, pero en Francia, el rechazo ya es personal.